8 de maig de 2025 Lectura: 4 minutos

A menudo, nos comportamos de manera poco racional en situaciones cotidianas de nuestro día a día. Queremos ser puntuales, pero siempre salimos con el tiempo justo; nos duele una muela, pero retrasamos la visita al dentista… Seguro que has vivido alguna de estas situaciones más de una vez y te has preguntado por qué actuamos de esta manera.

Estas conductas irracionales son objeto de estudio de las ciencias del comportamiento, que investigan cómo actuamos los seres humanos y los errores sistemáticos que cometemos. En este artículo, te explicamos qué son las ciencias del comportamiento y cómo tomamos decisiones.

¿Qué son las ciencias del comportamiento?

Las ciencias del comportamiento son un campo interdisciplinario cuyo objetivo es entender las razones detrás de las acciones humanas, tanto individualmente como colectivamente. Este enfoque integra conocimientos de diversas disciplinas, como la psicología, la sociología, la economía, la antropología y la biología, para analizar cómo las personas toman decisiones, interactúan y responden a diferentes situaciones.

El campo de las ciencias del comportamiento parte de la premisa de que la conducta humana es predecible en muchos contextos, pero también está influida por una serie de factores internos (como las emociones y los pensamientos) y externos (como el entorno social y cultural). Estas ciencias investigan los patrones subyacentes en la toma de decisiones, la formación de hábitos, las interacciones sociales y otros aspectos del comportamiento.

El objetivo de las ciencias del comportamiento no es solo describir cómo actúan las personas, sino también identificar qué impulsa esas acciones y cómo pueden modificarse.

Los sistemas de pensamiento

Existen dos sistemas de pensamiento que nos impulsan a actuar de formas distintas:

  • Sistema rápido de pensamiento: opera de manera rápida y automática. Es el que utilizamos para tomar decisiones espontáneas y realizar operaciones sencillas, como cambiar de marcha mientras conducimos o hacer sumas y restas con números pequeños.
  • Sistema lento de pensamiento: requiere mayor esfuerzo y atención. Este sistema se ocupa de decisiones y actividades más complejas, como estudiar un capítulo de anatomía, resolver una ecuación matemática o rellenar una hoja de Excel.

Los seres humanos empleamos ambos sistemas de pensamiento según la situación. Sin embargo, la mayor parte del tiempo actuamos movidos por el sistema rápido, que es más propenso a cometer errores. Estos errores, al ser sistemáticos (lo que conocemos como “sesgos”), pueden preverse y evitarse.

¿Cómo aplicamos las ciencias del comportamiento a nuestra economía?

La aplicación de las ciencias del comportamiento al ámbito de la economía se conoce como “economía del comportamiento”. Este campo estudia cómo los factores psicológicos y emocionales influyen en las decisiones económicas. A diferencia de la economía tradicional, que asume que los individuos son completamente racionales, la economía conductual reconoce que las personas a menudo toman decisiones basadas en emociones, prejuicios y otros factores irracionales. Este enfoque ha transformado la manera de diseñar las políticas económicas y sociales al incorporar principios que buscan mejorar las decisiones financieras y de consumo.

La economía del comportamiento, además de transformar las políticas financieras, también nos ayuda, en el ámbito personal, a gestionar mejor nuestro dinero y alcanzar nuestras metas a medio y largo plazo. Nos ofrece, por ejemplo, estrategias para ahorrar de manera consistente o cómo invertir nuestro dinero sin dejarnos llevar por las emociones.

Las ciencias del comportamiento nos permiten entender mejor por qué los seres humanos actúan como lo hacen y cómo influir en esos comportamientos para mejorar la vida individual y colectiva. Su aplicación abarca una amplia gama de sectores, desde la salud pública y la política hasta la economía y la educación, proporcionando herramientas para diseñar intervenciones más efectivas y, en última instancia, para crear sociedades más equitativas y sostenibles.