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Un modelo bancario con propósito
En un entorno financiero cada vez más concentrado y dominado por grandes grupos, la banca cooperativa se reafirma como una alternativa humana, próxima y con propósito. Frente a la tendencia global hacia una digitalización acelerada y la despersonalización de las relaciones financieras, este modelo bancario apuesta por situar a las personas en el centro de su actividad.
El reciente estudio La Banca Cooperativa ante los retos contemporáneos, elaborado por la Cátedra de Economía Social del TecnoCampus de la Universitat Pompeu Fabra con el impulso de la Fundación Caja Ingenieros, confirma que las cooperativas de crédito no solo han demostrado una mayor resiliencia ante crisis como la de 2008, sino que también han consolidado su papel en el sistema financiero europeo y español como referentes de estabilidad, ética y compromiso social.
Más estables que la banca tradicional
Durante la Gran Recesión (2008-2014), la banca cooperativa mostró un comportamiento diferencial respecto al resto del sector. Mientras muchas entidades tradicionales experimentaban pérdidas, rescates y procesos de concentración que redujeron drásticamente el número de oficinas y el empleo, las cooperativas de crédito mantuvieron su presencia territorial y su solvencia.
Actualmente, la banca cooperativa gestiona más de 9,6 billones de euros en activos en Europa, lo que representa un 23 % del mercado de préstamos y un 22 % de los depósitos. En España, 42 cooperativas de crédito dan servicio a más de 11 millones de clientes y 3,4 millones de socios, con una cuota de mercado cercana al 10 %.
Este modelo se distingue por su prudencia en la gestión del riesgo, su vinculación con la economía local y su orientación al largo plazo, rasgos que le han permitido mantener una rentabilidad sostenida (ROE medio del 7,26 % y ROA del 0,63 % en 2023), sin recurrir a prácticas especulativas ni asumir riesgos excesivos.
La vocación de proximidad y el compromiso territorial también han hecho de la banca cooperativa un pilar de cohesión en zonas rurales y despobladas, donde su presencia evita la exclusión financiera y sostiene la economía local. En este sentido, las cooperativas de crédito se han convertido en actores esenciales de equilibrio territorial y desarrollo inclusivo. Un ejemplo de ello es el servicio #CEApropa[Ui1] de Caja Ingenieros, una banca móvil que opera en más de 300 municipios sin oficina bancaria ni cajero.
Valores y sostenibilidad en el centro del negocio
Más allá de sus indicadores financieros, la principal fortaleza de la banca cooperativa reside en su identidad basada en valores. Las cooperativas de crédito son propiedad de sus socios, que a la vez son clientes, lo que les permite alinear sus decisiones estratégicas con los intereses reales de las personas y del entorno.
Este modelo de gobernanza democrática garantiza una gestión transparente, ética y responsable, que prioriza la sostenibilidad y la utilidad social por encima del beneficio inmediato.
La banca cooperativa canaliza buena parte de sus beneficios hacia proyectos de impacto social, cultural y medioambiental, fomenta la educación financiera, promueve la igualdad de oportunidades y ofrece productos financieros diseñados bajo criterios de inversión socialmente responsable (ISR)[Ui1] .
Estas prácticas la alinean de manera natural con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, especialmente con aquellos relacionados con la inclusión financiera (ODS 1 y 10), la igualdad de género (ODS 5), el empleo digno y el crecimiento económico (ODS 8), la innovación sostenible (ODS 9) y la transparencia institucional (ODS 16).
Como subraya el estudio del TecnoCampus, “las cooperativas de crédito representan un modelo de banca responsable y comprometida que contribuye directamente al desarrollo de una economía social, justa y participativa”.
Europa: el impulso de un modelo diverso y resiliente
La Asociación Europea de Bancos Cooperativos (EACB) destaca que en el continente existen más de 2.400 entidades cooperativas de crédito, con 90 millones de socios y 227 millones de clientes. Estas organizaciones no solo fortalecen la diversidad del sistema financiero europeo, sino que también actúan como un contrapeso frente a la concentración bancaria y la volatilidad de los mercados.
Su modelo, basado en el arraigo local, la innovación prudente y la rentabilidad a largo plazo, ha sido reconocido por la propia Comisión Europea como una pieza clave para el futuro financiero sostenible de Europa.
En 2024, la EACB publicó Manifesto for the Future of Europe, en el que reclama un marco regulatorio que reconozca el valor estratégico de los bancos cooperativos para alcanzar los objetivos ecológicos, digitales y sociales de la UE. El documento insiste en que este modelo contribuye a una Europa más competitiva, sostenible y cohesionada, capaz de movilizar inversión privada hacia la transición verde y la economía circular.
El caso de España: crecimiento y proximidad
En España, el sector cooperativo bancario vive un momento de consolidación. Según la UNACC (Unión Nacional de Cooperativas de Crédito), las entidades cooperativas gestionan más de 140.000 millones de euros en activos y 119.000 millones en depósitos y generan empleo estable para más de 12.800 personas.
El Grupo Caja Ingenieros trabaja desde hace 58 años para hacer del modelo de banca cooperativa un referente en el país.
A diferencia de la banca tradicional, las cooperativas mantienen su compromiso territorial, ofreciendo servicios financieros en municipios donde otras entidades han cerrado oficinas. Esta cercanía y conocimiento del entorno se traducen en una relación de confianza más sólida con los socios y las comunidades.
A diferencia de la banca tradicional, las cooperativas mantienen su compromiso territorial, ofreciendo servicios financieros en municipios donde otras entidades han cerrado oficinas. Esta cercanía y conocimiento del entorno se traducen en una relación de confianza más sólida con los socios y las comunidades.
Caja Ingenieros es un ejemplo consolidado de este modelo. Fundada en 1967, se ha convertido en una cooperativa de crédito de referencia en España, con más de 213.000 socios y socias.
La estructura cooperativa de la Entidad garantiza que cada socio sea también propietario, reforzando la gestión participativa y la orientación al bien común.
Desarrollamos una banca responsable y sostenible, orientada a profesionales, empresas e instituciones, con un enfoque de proximidad, asesoramiento personalizado e innovación tecnológica.
La Fundación Caja Ingenieros, creada en 2011, canaliza el compromiso social del Grupo mediante iniciativas de economía social y cooperativa[Ui4] , salud y cultura financiera e ingeniería para el desarrollo social. Entre sus prioridades destacan el apoyo a proyectos de impacto positivo, la promoción del talento joven y la difusión de los valores cooperativos.
Desafíos: crecer sin perder la identidad
El estudio del TecnoCampus-UPF señala un desafío común para todas las cooperativas de crédito: consolidar su crecimiento sin renunciar a los valores que las diferencian. La transformación digital, la competencia global y los cambios en los hábitos de consumo financiero exigen una adaptación constante. Sin embargo, esta evolución no puede desligarse de la gobernanza democrática, la proximidad territorial y el compromiso ético que han asegurado la confianza de los socios y socias durante décadas.
En este sentido, entidades como el Grupo Caja Ingenieros estamos demostrando que es posible combinar innovación tecnológica y sostenibilidad sin sacrificar los principios cooperativos. Nuestra apuesta por la digitalización responsable y la atención personalizada es prueba de que la banca del futuro puede ser eficiente y, al mismo tiempo, profundamente humana.
La banca cooperativa representa mucho más que una forma alternativa de intermediación financiera: es una herramienta de transformación social y económica. Su arraigo en los valores de solidaridad, democracia y sostenibilidad la convierte en un modelo de referencia para quienes buscan una economía más inclusiva, equitativa y responsable.
En tiempos de incertidumbre, las cooperativas de crédito demuestran que otra manera de hacer banca es posible: una banca que no solo mide su éxito en términos de rentabilidad, sino también en su capacidad para generar valor social, medioambiental y humano. y con la seguridad de contar con un acompañamiento experto.