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En un contexto en el que la sostenibilidad y la responsabilidad social se han convertido en prioridades para empresas, administraciones y organizaciones del tercer sector, medir el impacto social de los proyectos es esencial. Ya no basta con poner en marcha iniciativas con una finalidad social: es imprescindible demostrar, con datos y evidencias, cuál ha sido su efecto real en la sociedad.
Pero ¿qué entendemos exactamente por impacto social? ¿Cómo se puede medir? ¿Y por qué es tan importante hacerlo? En este artículo, te damos las claves para comprender y aplicar la medición del impacto social de forma práctica y efectiva.
¿Qué es el impacto social?
El impacto social hace referencia a los cambios —positivos o negativos, directos o indirectos— que una actividad, organización o proyecto genera en las personas, las comunidades y el entorno.
A diferencia de los outputs o resultados inmediatos (por ejemplo, el número de beneficiarios o de actividades realizadas), el impacto evalúa cambios significativos a medio o largo plazo: mejoras en la calidad de vida, mayor acceso a derechos, empoderamiento o fortalecimiento de capacidades, entre otros.
Medir este impacto permite comprobar si nuestras acciones realmente transforman vidas y aportan valor más allá de los indicadores cuantitativos tradicionales.
¿Por qué es importante medirlo?
- Rendición de cuentas y transparencia: financiadores, colaboradores y beneficiarios necesitan saber si los recursos invertidos han generado el cambio esperado. Medir el impacto aporta legitimidad y confianza.
- Mejora continua: evaluar el impacto ayuda a identificar qué funciona y qué no, lo que permite mejorar el diseño y la ejecución de futuras iniciativas.
- Captación de fondos: demostrar un impacto positivo aumenta las posibilidades de acceder a financiación pública o privada. Cada vez más inversores buscan proyectos con retorno social.
- Toma de decisiones estratégicas: permite orientar los esfuerzos hacia acciones realmente transformadoras, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o con las prioridades de la organización.
¿Qué pasos hay que seguir para medir el impacto social?
1. Definir los objetivos del proyecto
Antes de medir el impacto, es fundamental tener claro qué se quiere lograr. ¿Qué problema social queremos abordar? ¿Qué cambio buscamos? Los objetivos deben ser claros, específicos y medibles y estar alineados con una teoría del cambio bien definida.
2. Identificar a los grupos de interés (stakeholders)
¿Quiénes se ven afectados por el proyecto? Es clave considerar tanto a los beneficiarios directos como a otros actores implicados (comunidades, empleados, socios, etc.). Incluir su perspectiva permite diseñar indicadores más relevantes y evaluar los cambios de forma más realista.
3. Establecer indicadores
Estos deben permitir medir tanto los outputs (resultados inmediatos) como los outcomes (cambios generados). Por ejemplo:
- Output: número de personas formadas.
- Outcome: porcentaje de personas que han mejorado su empleabilidad tras la formación.
Los indicadores pueden ser cuantitativos (porcentajes, tasas, cifras) o cualitativos (percepciones, testimonios, estudios de caso).
4. Recoger y analizar datos
Según los recursos disponibles y el tipo de información que se busque, se pueden usar distintas herramientas: encuestas, entrevistas, grupos focales, análisis documental, observación directa, etc. Es importante hacerlo con rigor metodológico y con ética, protegiendo los datos personales y garantizando la fiabilidad de las fuentes.
5. Comunicar los resultados
Una vez medido el impacto, es fundamental comunicarlo de forma clara y accesible a los públicos clave. Un buen informe de impacto no solo presenta datos, sino que los contextualiza, muestra historias reales y transmite el valor añadido del proyecto. Además, debe servir para extraer aprendizajes y propuestas de mejora.
Medir el impacto social de un proyecto no solo permite demostrar su valor, sino también maximizarlo. Nos ayuda a transformar buenas intenciones en cambios reales. En un mundo cada vez más consciente y exigente, apostar por una medición rigurosa del impacto es, sin duda, una inversión estratégica para cualquier organización comprometida con la sostenibilidad y el bien común.
Desde la Fundación Caja Ingenieros trabajamos para lograr cambios reales. Buscamos aportar valor y soluciones tanto a las personas como al planeta mediante acuerdos, becas, programas y alianzas con organizaciones o entidades con impacto social.