La universidad es una institución pensada para crear y difundir conocimiento. Inherente a ella se encuentra el espíritu crítico, el racionalismo y el método científico. Con un especial ímpetu en los últimos cuarenta años, las ciencias sociales han ido quedando cautivas de un cierto dogmatismo y visión que ha depreciado aquellas corrientes de pensamiento que no siguen el mainstream dominante. Es sorprendente, por ejemplo, que en las facultades de economía y empresa cada vez se mencione menos a autores como Keynes o que hayan desaparecido de los temarios pensadores como Marx o Pierre-Joseph Proudhon.