Llevar una alimentación saludable es primordial para mantener el correcto funcionamiento de nuestro organismo. La alimentación es un acto voluntario, consciente y educable, ya que podemos controlar aquello que comemos, cómo lo comemos y cuándo lo comemos.
Somos lo que comemos, por ello, es necesario hacer un esfuerzo para comer sano y llevar una vida más saludable.
Para que una alimentación sea saludable debe cumplir las siguientes características:
- Satisfactoria: Hemos de disfrutar comiendo.
- Suficiente: Nos ha de aportar la energía necesaria para que nuestro organismo pueda dar lo máximo de él.
- Completa: Para que nos aporte los nutrientes necesarios en las cantidades adecuadas según el metabolismo de cada uno.
- Equilibrada: Ha de ser rica en alimentos frescos y de origen vegetal.
- Armónica: Ha de haber un equilibrio proporcional con los macronutrientes, que son aquellos alimentos ricos en proteínas, grasas e hidratos de carbono.
- Segura: Que no dañe nuestra salud.
- Adaptada: Que se adecúe a las características individuales, sociales, culturales y del entorno del individuo.
- Asequible: Ha de ser una alimentación accesible desde el punto de vista económico.
- Sostenible: Que no perjudique el medioambiente.