Durante la semana pasada un nuevo desastre natural sorprendió a EE.UU. En particular, el huracán Harvey irrumpió en la costa del estado de Texas. Posteriormente se convirtió en tormenta tropical dejando a su alrededor fuertes inundaciones en la región.
Curiosamente coincide con el duodécimo aniversario de uno de los peores huracanes en la historia reciente, el Katrina, que se cobró la vida de 1.800 personas. Tuvo un impacto económico en daños materiales de aproximadamente 160.000 millones de dólares.
