Se estima que cada año unos 10 millones de toneladas de residuos acaban en el mar, la mayoría de ellos, plásticos y microplásticos. Las consecuencias de esta contaminación son de sobra conocidas: envases que acaban siendo ingeridos por peces y aves que los confunden con comida, o redes de pesca abandonadas que resultan verdaderas trampas para los animales.
Los ecosistemas marinos están cada vez más amenazados, y, por ello, iniciativas como las de Surfrider Foundation Europe son tan necesarias. Desde su nacimiento en 1990, esta ONG internacional lucha por proteger los océanos y las costas trabajando en tres líneas principales de actuación —la educación y sensibilización de la población, la incidencia política y la investigación científica— y desarrollando proyectos como el programa de voluntario ambiental Ocean Initiatives.