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Si te dicen “piensa en el término ‘capital’”, es muy probable que te vengan a la mente ideas relacionadas con el dinero y las finanzas. Pero ¿sabías que existen otros tipos de capital que no tienen nada que ver con la economía? Uno de ellos es el capital natural.
El concepto de capital natural ha ganado relevancia en los últimos años a medida que el mundo se enfrenta a desafíos ambientales, sociales y económicos cada vez más graves. En este artículo, te explicamos qué es el capital natural y qué tipos existen del mismo.
¿Qué es el capital natural?
Durante el verano, el gasto en electricidad suele aumentar debido al uso de aire aEl capital natural se refiere a los recursos y servicios que proporciona la naturaleza y que son esenciales para la vida y para la economía. Incluye elementos tangibles como el agua, el suelo, los bosques, los minerales y el aire limpio.
A diferencia de otros tipos de capital, como el financiero o el humano, el capital natural no siempre es renovable. Su uso excesivo o su degradación pueden provocar la pérdida de servicios fundamentales para el bienestar humano y para la actividad económica. Por ejemplo, la deforestación no solo reduce la disponibilidad de madera, sino que también afecta la regulación hídrica y la captura de carbono, lo que agrava problemas como el cambio climático y la escasez de agua.
El capital natural es clave para el desarrollo sostenible, ya que sustenta muchas actividades económicas, desde la agricultura hasta la generación de energía.
Capital natural y biodiversidad: principales diferencias
Aunque puedan parecer conceptos equivalentes, en realidad tiene significados distintos. El capital natural engloba todos los recursos naturales y servicios ecosistémicos que proporciona la naturaleza y que son fundamentales tanto para la economía como para el bienestar humano, como el agua, los bosques o la regulación del clima.
Por su parte, la biodiversidad se refiere a la variedad de formas de vida presentes en el planeta, que hacen posible el funcionamiento de los sistemas naturales. En otras palabras, la biodiversidad es un componente esencial del capital natural, ya que sin ella los ecosistemas no podrían ofrecer los servicios que aprovechamos. Mientras que el capital natural se valora por su utilidad, la biodiversidad se protege también por su valor intrínseco y por su papel insustituible en el equilibrio ecológico.
Tipos de capital natural
El capital natural puede clasificarse en cinco grandes tipos, según su naturaleza, su capacidad de renovación y la función que desempeñan en los ecosistemas y en la economía.
Recursos renovables
Son recursos naturales que se regeneran de manera natural con el tiempo, siempre que su uso no supere su tasa de renovación. Ejemplos de estos recursos son los bosques, el agua dulce, los suelos fértiles y las especies animales y vegetales destinadas al consumo (como la pesca o la agricultura).
Permiten una explotación continua siempre que se gestionen de forma sostenible. Sin embargo, la sobreexplotación puede llevar a su degradación o incluso al colapso, como ocurre con la deforestación o la sobrepesca.
Recursos no renovables
Son aquellos recursos que existen en cantidades limitadas y cuya tasa de formación natural es tan lenta que no permite su reposición en escalas de tiempo humanas. Algunos ejemplos son el petróleo, el gas natural, el carbón y varios minerales, como el cobre, el hierro o el litio.
Estos recursos son esenciales para la industria, el transporte y la producción energética, pero su extracción y uso generan importantes impactos ambientales, y su agotamiento plantea desafíos clave para la transición energética y el desarrollo sostenible.
Servicios ecosistémicos
No se trata de recursos físicos, sino de las funciones y procesos ecológicos que los ecosistemas naturales llevan a cabo y que benefician directa o indirectamente a las personas.
A continuación, se mencionan algunos ejemplos:
- Regulación del clima (absorción de CO₂ por océanos y bosques)
- Protección frente a desastres naturales (humedales, manglares)
- Ciclo del agua (infiltración, almacenamiento y purificación natural)
- Polinización de cultivos (por abejas, mariposas y otros insectos)
- Control de plagas y enfermedades
Aunque estos servicios no tienen un precio de mercado, su pérdida tendría consecuencias económicas y sociales enormes. Por ejemplo, sin polinizadores, muchas producciones agrícolas colapsarían.
Biodiversidad
La biodiversidad es la variedad de seres vivos que habitan el planeta, desde microorganismos hasta grandes mamíferos, y se manifiesta en los niveles genéticos, de especies y de ecosistemas.
Es clave para el equilibrio de los ecosistemas, aporta resiliencia frente a cambios climáticos o enfermedades, y constituye una fuente de recursos genéticos para el desarrollo de medicamentos, alimentos y nuevas tecnologías.
Procesos biofísicos esenciales (como el ciclo de nutrientes)
Son procesos naturales que permiten el funcionamiento adecuado de la vida en la Tierra. Aunque invisibles, son fundamentales para mantener la productividad y el equilibrio de los ecosistemas.
Algunos ejemplos de estos procesos son los siguientes:
- El ciclo del carbono
- El ciclo del nitrógeno
- El ciclo del fósforo
La alteración de estos ciclos por la actividad humana (como el uso intensivo de fertilizantes) está provocando fenómenos como la eutrofización del agua, las emisiones de gases de efecto invernadero y la degradación del suelo.
El capital natural es el activo más valioso del planeta, ya que sustenta tanto la vida como la economía. Su reconocimiento y protección son imprescindibles para asegurar un futuro sostenible. Esto implica valorar no solo los recursos visibles, sino también los servicios ecosistémicos invisibles que mantienen el equilibrio ambiental. La transición hacia una economía que incorpore el capital natural a sus decisiones es clave para preservar nuestro bienestar y el de las generaciones futuras.