La creciente preocupación por el medioambiente y la sostenibilidad ha generado un aumento significativo de la demanda de productos o servicios que minimicen su impacto en el planeta. Las empresas, así como las organizaciones o las sociedades, independientemente de su actividad o su tamaño, cada vez tienen que cumplir con más exigencias medioambientales. Esto se debe a la gran implicación e impacto que tienen las empresas y compañías en nuestra sociedad.
Por esta razón, resulta imprescindible contar con una serie de herramientas que integren el medioambiente en la gestión global de las empresas. De esta premisa, han nacido las certificaciones medioambientales para intentar mitigar el efecto que las compañías causan al medioambiente.
Certificaciones medioambientales
La certificación ecológica o ambiental es un reconocimiento otorgado por un organismo de evaluación, que certifica que determinados productos, servicios o sistemas de gestión se han implementado de manera que protejan el medioambiente y, en su caso, que cumplan con la normativa medioambiental, respectivamente.
Los criterios que se utilizan para valorar estas certificaciones pueden variar entre un certificado y otro, pero suelen ir ligados al desarrollo sostenible y al cuidado del medioambiente. Ejemplos de criterios que se analizan para la obtención del certificado son la correcta eficiencia energética, la implementación de economía circular, la reducción de emisiones o la correcta gestión de la materia prima.
Estas certificaciones pueden tener diferentes utilidades. En alguna ocasión pueden ser obligatorias para poder participar en algunos mercados, ya que exigen el cumplimiento de ciertos estándares ambientales. En otras ocasiones, este certificado puede beneficiar a la empresa desde un punto de vista de marketing al ofrecer a los consumidores una imagen de empresa respetuosa con el medio ambiente.
¿Qué tipos de certificaciones medioambientales existen?
Existen varias categorías de certificaciones medioambientales, la mayoría de carácter voluntario, cada una con sus propios enfoques y criterios. Esta clasificación está basada en la utilizada por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR).
Gestión ambiental global
Estas certificaciones se centran en la implementación de sistemas de gestión ambiental efectivos en una organización. La norma ISO 14001 es un ejemplo destacado en esta categoría, ya que fija requisitos para establecer, implementar, mantener y mejorar un sistema de gestión ambiental.
Economía circular
El modelo de economía circular pretende invertir la actual pirámide de gestión de residuos para maximizar las medidas de prevención y valorización de residuos (reutilización, reciclaje o valorización energética). Por ejemplo, aquí encontramos el certificado de residuo cero, la declaración ambiental de producto (DAP) según las normas internacionales ISO 14025 y el certificado de gestión de ecodiseño ISO 14006.
Cambio climático
Esta certificación es de carácter voluntario y está relacionada con los gases de efecto invernadero y su emisión. Estarían la ISO 14064, la ISO 14067 y la Verificación Reglamentaria de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero según el Protocolo de Kioto.
Gestión de recursos
Demuestran que las empresas utilizan diferentes fuentes de energía de forma sostenible. Incluyen sistemas de gestión de eficiencia energética ISO 50001, pruebas de huella hídrica ISO 14046 y evaluación de cumplimiento ISO 37120 para la sostenibilidad urbana.
Sector forestal
Certifican que la empresa forestal o las materias primas que utiliza (o ambas) se gestionan de forma ecológicamente sostenible. En esta sección, nos centramos en los sistemas de gestión forestal sostenible (o simplemente “certificación forestal”), la certificación de la cadena de suministro de productos forestales, el secuestro de carbono forestal y el secuestro de carbono forestal con beneficios sociales y ecosistémicos.
¿Cómo se consiguen los certificados medioambientales?
Para poder conseguir las certificaciones medioambientales hay que cumplir con los parámetros requeridos por las entidades de certificación. En nuestro país, el único organismo nacional que puede acreditar este tipo de certificados es la Entidad Nacional de Acreditación.
Una vez conocidos los parámetros y que la empresa se haya adaptado a ellos, se deben pagar los costos de administración de la certificación y de acceso. Luego se realizará una evaluación para garantizar que la empresa cumple con los requisitos. Puede parecer que la primera inversión es bastante elevada, pero los beneficios que otorgan estos certificados en cuanto imagen son mayores, así como también abren puertas a diferentes ayudas. Asimismo, algunas medidas permiten ahorrar costes a largo plazo, especialmente en lo relativo a la energía y el reciclaje.
En un mundo cada vez más consciente de la importancia de preservar nuestro entorno, los certificados medioambientales surgen como una herramienta para incentivar a las empresas a ser más sostenibles. Estas certificaciones ayudan a los consumidores a tomar decisiones respaldadas por criterios medioambientales. Este tipo de iniciativas son una manifestación de la sociedad de conseguir un futuro más sostenible.
