Farah y Nelson, beneficiarios de las becas Enginy, en las que colabora la Fundación Caja de Ingenieros
Farah llegó a Barcelona hace tres años para poder seguir con sus estudios y labrarse un futuro mejor lejos de los devastadores efectos de la guerra en Siria. Nelson, hondureño de veintisiete años, dejó su país hace cinco debido a las dificultades que allí se encontraba por su orientación sexual. Tanto Farah como Nelson han sido beneficiarios de las becas Enginy, que se han otorgado por primera vez este curso 2020/2021 gracias a la colaboración de la Fundación Caja de Ingenieros con la Fundación Autónoma Solidaria, la entidad de acción social de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Ambas organizaciones trabajan juntas desde 2017 en el marco del Programa de Acogida de personas en búsqueda de refugio de la UAB con varias iniciativas para promover la igualdad de oportunidades en el acceso a los estudios.
Hablamos con Farah y Nelson sobre qué ha significado para ellos recibir el apoyo de la Fundación Caja de Ingenieros.
¿Cómo fue retomar vuestros estudios una vez en Barcelona?
Nelson: Yo llegué con muchas secuelas psicológicas y, aunque había hecho tres cursos de Enfermería en Honduras, no me planteaba volver a estudiar. Con el tiempo, como me gustan mucho los idiomas, decidí intentar entrar en la universidad para hacer el Grado de Traducción e Interpretación en la UAB. Allí conocí a la Fundación Autónoma Solidaria, donde me guiaron con el tema de la matrícula, las convalidaciones y las becas.
Farah: Yo había estudiado Derecho en Siria y vine con una beca de la Fundación Solidaridad UB para hacer otro máster, pero mirando por Internet descubrí el de Relaciones Internacionales, Seguridad y Desarrollo de la UAB y me encantó. Entonces, me puse en contacto con la universidad para explicarles por qué quería estudiar allí y preguntar cómo lo podía hacer teniendo en cuenta mi situación. Finalmente, la Fundación Autónoma Solidaria de la UAB y la Fundación Solidaridad UB llegaron a un acuerdo y actualmente mi beca ha entrado dentro del programa de Becas Refugio y Enginy de la UAB y la Fundación Caja de Ingenieros.
¿De qué forma os ha ayudado la Fundación Autónoma Solidaria?
Nelson: En mi caso, la Beca Refugio me financió la matrícula y me permitió poder empezar mis estudios. Después, más tarde, recibí la ayuda de la Beca Enginy para cubrir otro tipo de gastos, como el transporte, los libros, las fotocopias o los cursos de alemán que necesito para la carrera. Solo puedo trabajar media jornada si quiero compaginarlo con los estudios, así que la Beca Enginy me ha ayudado a complementar esos ingresos.
¿En qué creéis que os ha cambiado la vida el haber recibido estas becas?
Farah: En todo. Sin esta beca no hubiera podido quedarme aquí, ni hubiera podido continuar mis estudios. A mí me gusta mucho España y, aunque no hubiera guerra en Siria, mi sueño siempre ha sido venir aquí. Ahora estoy haciendo prácticas enseñando árabe en el Máster en Estudios Árabes de la UAB gracias a la beca. Me ha cambiado la vida, mi día a día, mi futuro. Todo.
Para acabar, ¿qué expectativas tenéis para el futuro?
Nelson: Yo espero salir de la precariedad. Tengo la esperanza de que cuando termine mis estudios pueda encontrar un trabajo mejor. Me gustaría hacer un máster de traducción especializada en el área de la salud, un Erasmus en Alemania…, muchas cosas. Ahora me he quedado en el paro, pero esto solo me empuja a estudiar más y a esforzarme, porque ¿qué hago si no aprovecho ahora la oportunidad? Sé que hacer un grado en la universidad no es una garantía, pero poder volver a estudiar me ha dado energía y un objetivo. Ahora cada día me levanto y sé a dónde voy.
Farah: Espero poder encontrar un trabajo fijo y quedarme en España. Es un poco complicado, lo sé, pero todo puede ser. Quiero seguir estudiando para llegar a ser abogada internacional y creo que en Europa tienes la oportunidad de avanzar e invertir en ti misma; en mi país, eso es prácticamente imposible. ¿Qué futuro me espera allí? No hay gas, no hay electricidad, no hay pan. Aquí todo cambia.
