Bosques maduros: un patrimonio natural único
¿Quién no se maravilla en presencia de un árbol centenario, más aún ante la vista de un bosque viejo? Se trata de parajes naturales excepcionales conformados por árboles grandes y viejos, a veces retorcidos y con cavidades, por madera muerta en pie o en el suelo y en proceso de descomposición, por musgos y líquenes…, habitados por una diversidad de vida animal y vegetal extraordinaria y no siempre evidente a simple vista.
Incontables registros relacionan estos tesoros naturales con la sabiduría, el misticismo, el arte y la cultura…, algo nos conecta con lo que Carl Sagan describía como “nuestros primos, los árboles”. Una conexión ancestral, seguramente también derivada de nuestros orígenes más primigenios como especie.
Desgraciadamente, en nuestra geografía los bosques maduros o incluso viejos son un patrimonio natural único muy escaso que casi ha desaparecido del todo; solamente quedan unos pocos parajes, como se está demostrando, muy expuestos a la tala de sus árboles centenarios, circunstancia que les puede hacer perder su valor intrínseco de biodiversidad y servicios asociados durante más de un siglo. La Fundación Caja de Ingenieros colabora en el proyecto “Bosques Terapéuticos” que promueve la mejora del bienestar personal a través de itinerarios terapéuticos.
Sèlvans trabaja desde 2007 para diagnosticar y conservar una red de bosques de alto valor natural que se destinen a lo que se conoce como “dinámica natural”, en los que la naturaleza pueda desplegar todo su potencial y esplendor. Se trata de un proyecto pionero a escala europea que, desde 2017, se ha consolidado en forma de asociación sin ánimo de lucro. Con sede en Girona, Sèlvans trabaja para que en Cataluña, por ejemplo, este “casco antiguo” de los bosques llegue a ocupar un mínimo de un 5% de su superficie forestal, incluyendo sus mejores bosques, en un proyecto replicable allá donde queden bosques de alto valor natural.
Para conseguirlo, Sèlvans aplica mecanismos de corresponsabilización e implicación de la sociedad, en especial la custodia del territorio. También se apoya en la valorización de los servicios ecosistémicos de los bosques, incluidos los relacionados con la salud y el bienestar de las personas.
Desde la Fundación Caja Ingenieros, conscientes que la protección medioambiental cobra más importancia con el paso del tiempo, se da prioridad a proyectos relacionados con la protección del medio ambiente y que mejoren la calidad de vida de las personas.
