Aunque la variación del clima constituye un fenómeno natural, el problema al que nos enfrentamos hoy en día es la alteración acelerada como consecuencia del aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero originadas por la actividad humana.
El principal gas de efecto invernadero emitido por el hombre es el dióxido de carbono o CO2, procedente, en su mayor parte, de la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), que se utilizan principalmente en la producción de energía y en el transporte.
Por este motivo, la Organización de las Naciones Unidas designó el 28 de enero como el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, también llamado Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de Dióxido de Carbono (CO2). La idea es crear mayor conciencia entre todos los ciudadanos del grave peligro que representa el cambio climático para el medioambiente y para todos los seres humanos. También pretende tomar acciones inmediatas para evitar una catástrofe global que pueda causar la desaparición de cualquier forma de vida en la Tierra tal y como la conocemos.
¿Es posible que los seres humanos logren reducir las emisiones de CO2?
Sin duda, de nuestras acciones depende la salvación del planeta. Urge la aplicación y el desarrollo de políticas estratégicas que impulsen la reducción de emisiones de gases causantes del llamado efecto invernadero.
Para ello, se requiere el uso de combustibles menos contaminantes, cambiar el derroche de los recursos naturales que se implementan cada día para el consumo humano e implementar el desarrollo de fuentes de energía renovables para, así, lograr un mundo más sostenible.
La Unión Europea (UE) ha asumido una posición de liderazgo en las políticas de lucha contra el cambio climático, pero es necesario un mayor compromiso por parte de todos los países para alcanzar los objetivos globales planteados. De hecho, España es el país europeo más vulnerable al cambio climático, pero, a la vez, es uno de los países de Europa que menos hace para luchar contra estos efectos.
El sector financiero: clave en la transición energética
La transición energética y en las infraestructuras que se requiere para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París comporta una fuerte inversión, de modo que los actores del sector financiero tienen un papel clave como mediadores en este proceso.
Por nuestra parte, estamos orgullosos de nuestro papel, ya que el Grupo Caja de Ingenieros es una organización neutra en carbono. Compensamos las emisiones de CO2 de todas las empresas del Grupo, lo que reafirma nuestro compromiso con el medioambiente y la lucha contra el cambio climático, con el fin de conseguir una sociedad baja en carbono y comprometida con la sostenibilidad.
¿Cómo compensamos la huella de carbono en Caja de Ingenieros?
- Invertimos económicamente en proyectos de reducción de emisiones de GEI, que mejoran el medioambiente y el entorno social en el que se desarrollan, a través de la marca ‘Clean CO2’.
- También estamos adheridos al Programa de Acuerdos Voluntarios impulsado por la Oficina Catalana del Cambio Climático, que implica registrar anualmente el inventario de emisiones y presentar medidas para reducirlas.
- Además, contribuimos al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 13 ‘Acción por el Clima’, que se encuentra entre los tres prioritarios de la Entidad.
