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El impacto de los tipos de interés negativos para el sector bancario europeo

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El impacto de los tipos de interés negativos para el sector bancario europeo

Los tipos de interés negativos, provocados por la política del BCE, afectan a todos los agentes económicos: a los Estados que consiguen financiarse a coste prácticamente nulo; a las familias y empresas que disfrutan una reducción del coste de su deuda; a los ahorradores que deben transformarse en inversores para evitar que su dinero pierda valor; y al sector bancario por el impacto en su negocio.

La materia prima de los bancos es el dinero. El precio del dinero se refleja mediante los tipos de interés. Así que, cuando los tipos son negativos, y por tanto el dinero no vale nada, el negocio del sector bancario se ve afectado.

¿Cuáles son las consecuencias?

El entorno de los tipos negativos es indudablemente un fuerte reto para el sector bancario europeo. El propio Fondo Monetario Internacional resumió en un estudio de abril de 2020 que:

“… La rentabilidad ha sido un reto persistente para los bancos en varias economías avanzadas desde la crisis financiera global… tipos de interés muy bajos han reducido los márgenes de interés…”

Y hasta el propio BCE ha declarado: el BCE admite que los tipos negativos perjudicarán más a la banca en el futuro”. El impacto perjudicial de los tipos negativos sobre los márgenes de interés y sobre la capitalización del sistema bancario fue, precisamente, el principal argumento para el Riksbank, el banco central de Suecia, para abandonar la estrategia de tipos de interés inferior al 0% en diciembre de 2019, después de más de 4 años. Con todo ello, no sorprende que la cotización de los bancos europeos refleje una clara correlación con los tipos de interés.

interès negatius

¿Cómo funciona esta relación entre los tipos de interés y la rentabilidad de los bancos? 

El negocio bancario tradicional consiste en captar recursos y facilitar créditos con un diferencial positivo en los tipos de interés aplicados: el margen de interés. Cuando los tipos de interés caen, este margen de interés se reduce. Hasta cierto punto es un proceso lógico, como pasa en otros sectores empresariales. A precios más bajos, menor capacidad de generar un margen de beneficio. 

¿Pero qué ocurre cuando los tipos de interés bajan mucho o incluso pasan al terreno negativo?

Nos encontramos con un efecto asimétrico: la rentabilidad de su activo baja, pero el coste de su pasivo no puede reducirse de la misma forma, ya que los bancos no pueden, ni quieren, aplicar tipos de interés negativos a las cuentas corrientes o depósitos de sus clientes minoristas, para muchos bancos una parte sustancial de su pasivo. Los miembros del Consejo Ejecutivo del BCE dirían que estamos aplicando un análisis parcial, y es cierto porque existen factores teóricamente positivos de la política de tipos bajos para el negocio bancario: un incremento de la actividad económica, mejores condiciones en los mercados financieros que afectan al negocio de las inversiones, una mayor demanda de crédito y una reducción de la morosidad. Son factores macroeconómicos que son válidos para un escenario de tipos bajos, pero que cambian en uno de tipos negativos.

Y, además, uno de los efectos económicos de la pandemia ha sido un espectacular incremento de la tasa de ahorro privado, que se traslada a un incremento de los saldos en cuentas corrientes y depósitos de los balances bancarios. Los bancos, ante la incapacidad de transformar estos recursos en activos rentables en un periodo tan corto de tiempo, se ven obligados a depositar estos saldos en el BCE a un coste de -0,50%.