Artículos guardados
El sector financiero es clave en la transición energética

Economía sostenible Fundación Social

El sector financiero es clave en la transición energética

Presentamos el resumen ejecutivo y las principales ideas clave aportadas a lo largo del informe “Hacia una automoción baja en carbono. Transición hacia movilidad sostenible”, realizado por Esade y Fundación Caja de Ingenieros.

La lucha contra el cambio climático: retos y oportunidades

  • Las medidas adoptadas no están resultando suficientes para la necesaria transformación “rápida y radical” que se requiere para evitar cambios climáticos catastróficos.
  • La Unión Europea (UE) ha asumido una posición de liderazgo en las políticas de lucha contra el cambio climático, pero es necesario un mayor compromiso por parte de todos los países para alcanzar los objetivos globales planteados.
  • España es el país europeo más vulnerable al cambio climático, pero, a la vez, es uno de los países de Europa que menos hace para luchar contra estos efectos.

En 2017, no solo no se redujeron las emisiones de CO2, sino que incrementaron un 4,46 % con respecto al año anterior.

En la UE, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se han reducido en los últimos años, mientras que en España crecieron un 17,8 % entre 1990 y 2017.

Transición energética

  • La transición energética y en las infraestructuras que se requiere para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París comporta una fuerte inversión, de modo que los actores del sector financiero tienen un papel clave como mediadores en este proceso.

Se estima que se requiere una inversión de entre 60 y 90 billones de dólares hasta 2050.

  • Se identifica el cambio climático como un “riesgo sistémico” para este sector, pero también supone una oportunidad para aquellas entidades que sepan dar respuesta a este desafío.

Existen oportunidades de financiación para las tecnologías de la economía baja en carbono, con un valor conjunto de 600.000 millones de dólares anuales.

  • Una tendencia creciente dentro de la inversión socialmente responsable (ISR) es la desinversión en combustibles fósiles, es decir, excluir de sus carteras las inversiones en empresas con alta “intensidad de carbono”.
  • Los bonos verdes son bonos financieros diseñados para generar capital destinado a proyectos orientados a obtener beneficios medioambientales, y su mercado ha experimentado un crecimiento notable durante esta década.

En 2017, se llegaron a emitir más de 155.000 millones de dólares, lo cual representa un crecimiento del 78 % con respecto al año anterior.

  • También existen los bonos climáticos (climate-aligned bonds), que generan capital para proyectos relacionados con el clima, aunque no todos sean etiquetados como verdes.

Se estima un universo de 1,2 billones de dólares en 2018, el 68 % de los cuales no son etiquetados como bonos verdes.

La mayoría de las inversiones financiadas con bonos climáticos se centran en la descarbonización del sector del transporte.

  • En España, los bonos verdes y climáticos son unos instrumentos prometedores, por su fuerte crecimiento, pese a que aún están poco extendidos.

En 2017, España fue el quinto país del mundo en emisión de bonos verdes. Iberdrola fue la empresa más activa a escala mundial en 2016, al financiar con bonos verdes proyectos de energías renovables por 2.450 millones de euros.

  • Algunos estudios sostienen que existe una relación positiva entre la descarbonización y el rendimiento financiero, elemento necesario para la expansión de la inversión sostenible, aunque no existen datos suficientemente concluyentes.
  • Quedan desafíos pendientes de resolver para la inversión con criterios climáticos, como ausencia de unos estándares claros, problemas de metodología para la medición de los impactos reales y una regulación más efectiva del precio del carbono.