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Cine y crisis subprime

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Cine y crisis subprime

El 15 de septiembre de 2008 se conocía la quiebra de Lehman Brothers, uno de los bancos de inversión más importantes de Wall Street. Meses antes, concretamente el 14 de marzo de ese mismo año, Bear Stearns había sido rescatado por la FED mediante la compra de activos tóxicos por valor de 30 000 millones de dólares y adquirido por el JP Morgan Chase a 2 dólares la acción. A finales de 2008, era también rescatada por el gobierno norteamericano AIG, una de las empresas aseguradoras más importantes del país, y se intervenían Fannie Mae y Freddie Mac, dos corporaciones respaldadas por el gobierno facilitadoras de préstamos hipotecarios.

El pánico se extendió inmediatamente por todo el sistema financiero norteamericano y la crisis de confianza se concentró especialmente en los principales bancos de inversión de Wall Street, lo que provocó el desplome de sus acciones, que quedaban al borde de la quiebra.

Los medios de comunicación especializados no hacían más que confirmar la existencia de una nueva crisis financiera que ya había estallado en 2007 con origen en una burbuja inmobiliaria, motivada por la concesión fraudulenta de préstamos hipotecarios y su transformación en productos estructurados de alto riesgo. Hipotecas subprime, bonos hipotecarios basura, permutas de impago crediticio, CDO, CDO sintéticas, modelos de calificación de riesgo… Toda clase de prensa se interesaba por analizar y explicar de la forma más sencilla las causas de esta nueva recesión. Sin embargo, es quizás el sector audiovisual y literario el que más concentró sus esfuerzos por ofrecer una visión accesible al público general de todo lo acontecido en aquellos años. A continuación, hacemos un repaso de las películas y documentales que nos contaron la historia de esta crisis.

En 2008, se estrenaba en el Canal 4 de la televisión británica la serie documental The Ascent of Money basada en el libro homónimo escrito por el historiador escocés Niall Ferguson. Compuesta por seis capítulos, nos ofrece una visión histórica de la actividad financiera del ser humano, así como el impacto que tiene en la esfera política, económica y social de un país y las relaciones que establece de dominio y dependencia a nivel global con su entorno. En los capítulos 5 y 6 ya se comenzaba a hacer referencia a los riesgos de la desregulación del sistema financiero y a la inyección de dinero barato en la economía norteamericana que daría lugar al desmesurado crecimiento del mercado de las subprime.

Dos años después, en 2010, se estrenaba Inside Job, del director Charles Ferguson, ganadora del premio de la Academia de Hollywood al mejor documental del año 2011. Con un enorme éxito de crítica, se trata quizás del mejor film de no ficción realizado hasta la fecha para explicar al gran público las causas de la crisis financiera subprime. El documental está dividido en cinco partes en las que se desgrana la intrincada relación existente entre instituciones gubernamentales y financieras, una relación que resultó ser clave en la desregulación del mercado hipotecario y de derivados, y se detalla de una forma sencilla la creación y funcionamiento de los CDO y CDS, dos productos que fueron el origen de un mercado que generó altísimos beneficios para las principales firmas de Wall Street. Entre los entrevistados no están los principales representantes del mundo político y financiero estadounidense, pero sí aquellos que quisieron hablar, o no, sobre los auténticos motivos de la crisis.

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En el 2011, se estrenaron los films Too Big to Fail, que en España se tituló Malas noticias, y Margin Call. Too Big to Fail, del director Curtis Hanson, se basa en el libro publicado en 2009 Too Big to Fail: The Inside Story of How Wall Street and Washington Fought to Save the Financial System–and Themselves. Se trata de la crónica ficcionada de las acciones que llevaron a cabo entre agosto y octubre de 2008 el secretario del Tesoro, Henry Paulson (William Hurt), el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke (Paul Giamatti), y el presidente del FED Bank NY, Timothy Geithner (Billy Crudup), para evitar el hundimiento de la economía norteamericana. A pesar de haber pocas referencias a las causas reales de la recesión, el film es por sí mismo interesante al narrarnos un hecho histórico como fue el rescate efectivo de todo un sistema financiero por parte del país que es considerado el bastión del capitalismo mundial.

En un espacio de tiempo aún más reducido, 24 horas, se condensa la historia que nos cuenta Margin Call, ópera prima del director J. C. Chandor. Ambientada en un importante banco de inversiones cuyo nombre no se menciona, narra la situación de emergencia que se desata en la firma a lo largo de toda una noche cuando un analista de riesgo (Zachary Quinto) completa el estudio de riesgo de su superior (Stanley Tucci), que ese mismo día había sido despedido, y descubre que los modelos de riesgo utilizados por la compañía están obsoletos. La volatilidad y el excesivo apalancamiento harán que la empresa esté virtualmente en quiebra si no se desprenden de un gran número de activos tóxicos apenas abra el mercado. Como apunte interesante, en un momento de la trama, el CEO de la firma (Jeremy Irons) hace alusión a la famosa frase “mientras siga sonando la música” cuando toma una decisión capital para su empresa y el propio mercado.

Es, sin embargo, en el año 2015, con el estreno del film The Big Short (La gran apuesta), del director Adam McKay, cuando nos llega la gran película sobre la crisis subprime. Adaptación del libro homónimo del escritor y periodista financiero Michael Lewis, se trata de un drama biográfico con momentos de comedia descarnada y una trama integrada por tres historias paralelas. En esta producción cinematográfica se explica el proceso de investigación y descubrimiento por parte de sus principales personajes (unos insuperables Christian Bale, Ryan Gosling y Steve Carell, entre otros) de la burbuja inmobiliaria en los años previos al estallido de la crisis. El hecho de conocer con certeza el momento del hundimiento del mercado de bonos hipotecarios basura, les llevaría a vender en corto ese mercado. Esa es la gran apuesta del título del film. Apostar contra la solidez del mercado inmobiliario norteamericano era apostar contra Wall Street, pero en algún punto de la trama descubrirán que no todos respetan las reglas del juego. Con una original estructura narrativa, recibió el premio de la Academia al mejor guion adaptado. Cabe hacer una mención especial del libro en el que se basó la película. The Big Short (2010) es un trabajo de periodismo financiero, ameno y cargado de ironía, que sorprenderá a los lectores que lo descubran después de ver la película, ya que podrán profundizar en la historia real de los personajes y disponer de información financiera clara y exhaustiva sobre el funcionamiento de los productos estructurados vinculados al mercado de bonos hipotecarios basura. Del mismo autor, también podrían considerarse como lectura complementaria a esta sus libros El póquer del mentiroso (1989) y Boomerang (2011), que tratan sobre la creación del bono hipotecario y su mercado y la crisis financiera en Europa, respectivamente.

Para finalizar, merece la pena hacer mención de dos documentales que son relativamente recientes. En 2017, se estrenaba Abacus. El banco que pagó la crisis. Su título en inglés es más esclarecedor: Abacus: Small Enough to Jail. Se trata del único banco procesado hasta la fecha por prácticas fraudulentas en la concesión de préstamos hipotecarios: una pequeña entidad financiera familiar orientada a la comunidad china de Nueva York. Por otra parte, en diciembre de 2018, se estrenaba el documental Pánico: La historia jamás contada de la crisis financiera de 2008. En esta crónica aparecen, esta vez sí, los principales responsables de las instituciones gubernamentales y firmas de Wall Street que se vieron involucrados en el rescate del sistema financiero norteamericano de 2008 y de cuyas opiniones vertidas en el documental sobre las causas de la crisis se pueden extraer unas conclusiones que, sin duda, serán motivo de debate.