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Elecciones de Estados Unidos: ¿qué resultados y consecuencias se esperan?

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Elecciones de Estados Unidos: ¿qué resultados y consecuencias se esperan?

Llegamos al día siguiente de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, sin duda uno de los principales acontecimientos para este 2020, pero seguimos sin conocer quién será el presidente del país para los próximos cuatro años. El coronavirus ha cambiado muchas hábitos este año, y entre ellos, debemos incluir la forma en cómo se vota. El voto por correo va a ralentizar el resultado de las elecciones, tendremos unos días de indefinición con el riesgo de que el actual presidente Trump no reconozca el resultados electoral y de que el proceso de recuento se judicialice, tal como ha amenazado esta mañana Trump en su discurso y en Twitter. Mientras escribimos estas líneas, la probabilidad de victoria tanto del actual presidente Donald Trump como del candidato demócrata, Joe Biden, són las de un lanzamiento de moneda.

En 2020, se ha disparado el voto por correo, superando los 100 millones de votos. Para ponerlo en contexto, esta cifra equivale al 73% del total de votos emitidos en las elecciones de 2016. Esta es la principal cuestión que genera un problema en cuanto a la publicación del resultado final. La normativa a aplicar en cuanto a la votación varía según el estado. En algunos de ellos, incluso se admiten los votos por correo llegados hasta unos días después del 3 de noviembre, esto nos acerca a unos comicios con una duración más cercana a la semana que a un día, algo que Trump denuncia en sus recientes declaraciones. Actualmente el foco de atención está puesto en estados “indecisos”, entre ellos Wisconsin, Michigan y Pensilvania. En última instancia, los resultados electorales en Estados Unidos no van a ser oficiales hasta que los estados los certifiquen y, oficialmente, el plazo límite es hasta el 14 de diciembre.

Debemos recordar otro elemento de vital importancia respecto al voto por correo, se estima que más de un 50% de los votantes de Biden votarán por correo, muy distinto al 25% estimado para el electorado republicano. Esto nos sugiere que podemos tener inicialmente unas cifras más alineadas con los intereses del actual presidente pero que pueden ir cambiando a medida haya más voto por correo escrutado.

Resultados

Al día siguiente de las elecciones nos hemos despertado con la sorprendente fortaleza del actual presidente cuando las predicciones daban una clara victoria para el candidato demócrata. Son varios los factores que explican esta realidad, pero queríamos resaltar la estrecha relación entre la elección de un presidente y la situación económica de las familias. La consultora Gallup preguntó a los ciudadanos el pasado septiembre si su situación personal había mejorado a la de hace cuatro años y la respuesta de la gran mayoría fue que sí. Trump es el primer presidente que puede afirmar una mejoría en la vida de las familias bajo su primer mandato desde Reagan. ¿Cómo puede ser esto así en el contexto de una pandemia? El apoyo incondicional de una parte de la población podría dar respuesta. Sin embargo, la importancia de la relación entre la percepción de la situación personal y la reelección de un presidente sigue intacta.

En relación con esta inesperada resistencia de Trump, uno de los escenarios a considerar como resultado de las elecciones queda prácticamente descartado, el escenario de la “ola azul” o “blue wave”. Este escenario consistía en que el partido demócrata se hiciese tanto con el poder ejecutivo como con el poder legislativo. A día de hoy, parece bastante claro que el partido de Biden va a conservar con una amplia mayoría la cámara baja, pero parece que las elecciones no van a darles la suficiente fuerza como para retomar el Senado. Así que asumiendo que Biden ganara las elecciones, y en este momento es una suposición incierta, el Congreso de los Estados Unidos quedaría dividido entre los dos partidos.

Consecuencias

¿Qué políticas van a resultar de los escenarios más probables? De entrada, descartando la “ola azul” también descartamos el mayor apoyo fiscal posible para una mayor recuperación económica en 2021 y 2022. Este escenario ponía especial énfasis en el apoyo de las familias y en una revolución energética, a la vez que relajando tensiones geopolíticas. Por lo que debemos esperar un estímulo fiscal más limitado, con el foco puesto en la mejora de la infraestructura junto con una menor amenaza regulatoria y de subida de impuestos. Por otro lado, sí que deberíamos esperar una mejora en las relaciones comerciales con terceros en el caso de que Biden alcance finalmente la Casa Blanca.

De lo que podemos estar seguros es que las elecciones están siendo mucho más ajustadas de lo que estaba previsto, y esto abre las puertas a un escenario poco deseable. Para empezar, el resultado podría tardar más de una semana en conocerse, junto también con un periodo de incertidumbre más amplío de lo esperado. Asimismo, según lo reñido que acabe siendo el resultado, existen riesgos al alza de acusaciones de fraude junto con desafíos legales que crean una situación que recuerda a las elecciones de años 2000, entre Bush y Gore. Estas acusaciones podrían llegar, en última instancia, a la Corte Suprema, institución que recientemente ha recibido mucha atención tras el fallecimiento de Ruth Ginsburg, una de las juezas más progresistas, y cuyo asiento Trump no ha dudado en suplir con una jueza mucho más conservadora.

Para finalizar, nos encontramos con un escenario mucho más reñido de lo previsto que cierra las puertas a un mayor estímulo fiscal, una mayor regulación y una mayor inversión en energías renovables. Por otro lado, se abren las puertas para consolidar el actual status quo ante una posible judicialización de las elecciones.