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La acidificación de los océanos: ¿por qué se produce y cuáles son sus consecuencias?

Actualidad General

La acidificación de los océanos: ¿por qué se produce y cuáles son sus consecuencias?

Los océanos y los mares representan alrededor del 71 % de la superficie del planeta y contienen más del 95 % del agua de todo el planeta. Si miramos la Tierra desde el espacio, no puede pasar desapercibida su importancia, y es por eso que muchas veces la denominamos planeta azul. Pero ¿somos conscientes de cuáles son sus problemáticas ambientales? Para dar respuesta a esta pregunta, hoy hablamos de la acidificación de los océanos.

¿Qué es la acidificación de los océanos?

La acidificación del océano es una consecuencia del exceso de emisiones de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera que causan un gran impacto en nuestros océanos. Su efecto principal es la disminución continua en el pH de estos. 

La causa es el incremento de dióxido de carbono en la atmósfera terrestre por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural. El CO₂ absorbido por la atmósfera reacciona con el agua y forma el ácido carbónico (H2CO3). Este libera un ion de bicarbonato (HCO3-1) y un ion de hidrógeno (H+). El aumento de los iones de hidrógeno en el medio marino hace disminuir el pH y esto provoca que el océano sea más ácido. Mientras continúe aumentado el CO₂ atmosférico, cada vez entrará más en el océano y lo hará más ácido, con lo que reducirá su pH.

¿Cuáles son sus consecuencias?

A pesar de que los océanos tienen un importante papel a la hora de mitigar el efecto invernadero al absorber una parte del sobrante de emisiones de CO₂, que el agua del mar sea más ácida tiene importantes efectos nocivos en las especies marinas.

Muchos organismos construyen las partes duras de su cuerpo con carbonato cálcico, y la acidez del CO₂ disuelve o debilita las estructuras calcáreas que contienen las conchas o los esqueletos de organismos como las ostras, las almejas, los erizos de mar y el plancton calcáreo.

La acidificación del océano podría perjudicar no solo a las especies más comerciales como las langostas, los cangrejos y los mejillones, sino también a las especies clave en las redes tróficas marinas, como los productores primarios, como son las plantas marinas, las algas (protistas) y algunos procariotas.

La acidificación de los mares y océanos, además de disminuir la capacidad de los organismos calcificadores, también afecta a los procesos biológicos y fisiológicos. Funciones vitales como la respiración y el sistema nervioso se ven afectadas, ya que este proceso puede provocar variaciones en los niveles de oxígeno.

¿Cómo afecta la acidificación del océano a los humanos?

La afectación más obvia es que nos afecta a través de una reducción en la cantidad y la composición nutricional de los mariscos, para aquellos que los consumen. Y no solo de los mariscos. Por ejemplo, los estudios han demostrado efectos negativos directos del aumento de CO₂ en la supervivencia de los huevos y las primeras etapas larvales de algunas especies de peces. Estos efectos pueden ser provocados por cambios en la fuente de alimentación o por un cambio en los lugares habituales de refugio o alimentación.

La acidificación de los océanos también tiene un impacto en nuestra nutrición, ya que puede producir una reducción de las proteínas y los lípidos que contienen los peces, como el omega‑3, un ácido graso esencial para el ser humano. Los mariscos son una fuente de proteínas fundamental para millones de personas en todo el mundo.

Además, la acidificación del océano también facilita la propagación de contaminantes a través del medio marino, lo que cambia su biodisponibilidad e intensifica la exposición, por ejemplo, del mercurio o de algunos metales que a menudo están más biodisponibles en hábitats acuáticos acidificados.

Cómo podemos solventar esta problemática

La solución no es fácil ni rápida. Todo pasa por un cambio del modelo energético actual. Optar por fuentes de energía sostenible y reducir el uso de los combustibles fósiles sería un gran adelanto para poder reducir las emisiones de carbono, así como adoptar políticas para estabilizar el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera.

Ahora que todos sabemos la problemática de la acidificación de los océanos, nos podemos preguntar: ¿Cómo podemos ayudar? Todos y cada uno de nosotros tenemos un papel importante, y con nuestras decisiones marcamos la diferencia. Hazlo por la salud del planeta, la de los océanos y por la tuya propia.

Día tras día, seguimos ampliando nuestra oferta de productos y servicios ISR, comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible fijados en la Agenda 2030 y con otros que contribuyen a mejorar la eficiencia energética y a reducir la huella ecológica. Y es que en Caja de Ingenieros escogemos nuestras inversiones basándonos en criterios éticos, sociales y ambientales.