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Banca cooperativa: la banca resiliente

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Banca cooperativa: la banca resiliente

Crédit Agricole o Rabobank son reconocidas entidades financieras internacionales que ocupan los primeros puestos del ranking de Francia y Holanda y son cooperativas de crédito. Es un modelo de banca cada vez más extendido y que, por su propia idiosincrasia, es más resiliente y robusto que el de la banca tradicional. En Europa representan en torno al 20%- 30% de los depósitos, una cifra que se sitúa en torno al 6% – aunque va creciendo – en España.

La banca cooperativa, a diferencia de la que podemos denominar ” tradicional”, tiene una orientación más relacional y enfocada a la satisfacción y al servicio a sus socios. Una orientación más social que de negocio, lo que le permite tomar menos riesgos y mirar a largo plazo.

Las entidades como Caja de Ingenieros actúan siempre con la misma visión: ofrecer y prestar a sus socios servicios financieros en base a unos valores y a la confianza y compromiso mutuo, sabedores de que lo importante no es solo qué beneficio se logra al final de cada ejercicio. Quienes toman las decisiones de gran relevancia – y ese es otro de los factores diferenciales – son los propios socios reunidos en asamblea primando el bien común de todos.

A nivel regulatorio, las exigencias son de primer nivel. En Europa, la banca cooperativa es supervisada también por el Mecanismo Único de Supervisión y las ratios de solvencia y eficiencia, como en el caso de Caja de Ingenieros, son muy robustos por encima de las propias exigencias del sector.

Si miramos lo que ha pasado durante la crisis, las entidades financieras tradicionales se han reducido a más de la mitad, por la mala gestión y situación de muchas de ellas. En cambio, en la banca cooperativa se ha incrementado el número de socios (por ser una banca socialmente responsable y comprometida, y en las que las decisiones de calado se toman entre todos) y su confianza hacia su entidad.

Los bancos cooperativos, que han superado con nota la crisis con una gestión profesionalizada y unos niveles de rentabilidad y de eficiencia económica y financiera iguales o superiores a los de los grandes bancos. En este contexto, cuando se habla del futuro del sector financiero y de la irrupción de las nuevas tecnologías o de las fintech es cuando el modelo vuelve a poner de manifiesto su valor.

Una banca centrada en las personas y en la relación y servicio que presta. Es por ello que la apuesta por estas entidades cooperativas debería estar en la agenda de los principales gobiernos como la mejor manera de impulsar un sistema financiero sano y sostenible.

Un modelo contrastado, que en el caso de España, se encuentra bien implantado y pegado a todo el territorio nacional, y que se debería cuidar e impulsar.

Artículo publicado en La Vanguardia, el domingo 10 de diciembre de 2017, titulado La banca resiliente