Hoy hablamos con Noemí Rodríguez, fundadora del blog Viviendo Consciente, en el que trata temas relacionados con las implicaciones sociales, medioambientales y de salud que suponen muchas de nuestras decisiones cotidianas.
Comparte ideas y estrategias con todas aquellas personas que quieren llevar una alimentación sana siguiendo un consumo consciente y responsable.
¿Define en una frase qué significa para ti el consumo consciente?
Para mí, el consumo consciente es tomar consciencia del impacto social, ambiental y de salud, entre otros, que conlleva cada opción de consumo y actuar en consecuencia.
¿Cuáles consideras que son los retos de la sociedad para vivir en un mundo sostenible?
Creo que es necesario vencer algunas resistencias que impiden que tomemos decisiones más sostenibles, como la falta de información fiable o de criterios para filtrar la sobreinformación a la que estamos sometidos actualmente, la facilidad/comodidad de seguir la inercia del sistema en lugar de tomar consciencia y responsabilidad de nuestras decisiones, los prejuicios hacia el mundo ecológico, los deseos o las falsas necesidades que confundimos con necesidades reales, la presión social hacia un tipo de consumo y estilo de vida, etc.
¿Con qué valores asocias el respeto al medioambiente?
Sobre todo con el valor de cuidar tanto la naturaleza a la que pertenecemos como a los demás seres con los que compartimos la vida en este planeta.
¿Qué papel juegan las empresas? ¿Cuáles son los beneficios a corto-medio plazo si la empresa se adapta a un modelo que no dañe el ecosistema?
Las empresas tienen un papel fundamental. Si todas las empresas cuidaran el medioambiente en su cadena de producción y comercialización, el consumo sería más sostenible, independientemente de que los consumidores fueran más o menos conscientes.
Por otro lado, se está dando toda la responsabilidad a los consumidores de, por ejemplo, gestionar los residuos derivados del empaquetado de los productos. Las empresas se lavan las manos en este sentido. Y, además, la falta de transparencia, por ejemplo, al ocultar al consumidor el efecto medioambiental de la elaboración, comercio y uso de los productos.
El beneficio de las empresas al adaptarse a un modelo más sostenible es, principalmente, aportar un valor a la sociedad en todo su proceso.
Además, a nivel económico, es innegable el crecimiento del interés por los productos y servicios más sostenibles, por lo que es un mercado con todo el potencial para cubrir las necesidades de los consumidores más conscientes.
Si no integramos en nuestro día a día acciones sostenibles, ¿cómo crees que será la situación dentro de 50 años?
Los expertos no son muy optimistas en este sentido. Y todos coinciden en que lo único que aún podemos hacer es evitar lo peor del cambio climático. Así que cada acción que hagamos hoy más sostenible contribuye a retardar o aminorar los efectos del cambio climático.
Y, lo más importante para mí, cada paso que damos hoy que sea más respetuoso con el medioambiente será un paso con más sentido en nuestra existencia en este planeta.
