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El aumento de las catástrofes medioambientales

Actualidad Social

El aumento de las catástrofes medioambientales

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) define los desastres naturales como cambios violentos, destructivos en el medioambiente, cuya causa no es la actividad humana, sino los fenómenos naturales. Es cierto que siempre han formado parte de los procesos evolutivos de la tierra, pero durante el siglo XXI se han producido con más frecuencia y drasticidad.

¿Nuestro planeta, en riesgo?

En el Informe de Evaluación Global (GAR2022), publicado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, se afirma que en estas dos últimas décadas se produjeron entre 350 y 500 desastres de media y gran escala cada año. Además, se prevé que este número aumente y llegue a 560 desastres al año -o 1,5 al día- en 2030.

Este incremento se debe, en parte, a la actividad y al comportamiento del ser humano, lo que ha puesto en peligro millones de vidas y muchos de los beneficios sociales y económicos conseguidos en las últimas décadas. Esto confirma el último Informe de Evaluación del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) publicado en febrero, que indica que la principal causa del cambio climático somos nosotros, es decir, la actividad humana.

Además, afirma que las consecuencias no son uniformes en todo el planeta. Hay ciertas zonas que se verán más afectadas como, por ejemplo, el Mediterráneo o, como ya hemos visto en los últimos años, el Ártico. Así pues, dependiendo del territorio se vivirán unas condiciones u otras. En el hemisferio norte, por ejemplo, la sequía se extiende cada vez más, mientras que, en otras partes del mundo como, por ejemplo, la Europa del Este, las catastróficas inundaciones han provocado la muerte de centenares de personas en estos últimos años.

Asia y el Pacífico, las regiones más afectadas

Las Naciones Unidas aseguran que las catástrofes naturales afectan de manera desproporcionada los países en desarrollo, que pierden una media del 1% del PIB al año a causa de este tipo de sucesos, frente al 0,3% en los países desarrollados.

Las regiones de Asia y el Pacífico se ven afectadas negativamente y pierden una media del 1,6 % del PIB al año a causa de las catástrofes. Dentro de los países en desarrollo, los más pobres también son los que más sufren las consecuencias. Las catástrofes se pueden prevenir, pero solo si los países invierten los recursos necesarios para evaluar y reducir sus riesgos, como dijo Mami Mizutori, representante especial del secretario general para la Reducción del Riesgo de Desastres.

¿Cómo podemos revertir esta situación?

El informe GAR2022 (Global Assessment Report on Disaster Risk Reduction 2022), basado en algunas de las temáticas que se trataron en la COP26, apunta que los responsables de elaborar políticas pueden y deben proteger el desarrollo y las inversiones ante los efectos del cambio climático. Ya son muchos los países que han lanzado iniciativas en este sentido, y muchas las ayudas que se están llevando a cabo con el fin de luchar contra el cambio climático.

No obstante, la acción humana tiene un gran peso en cuanto al riesgo de catástrofes, por lo que tenemos el poder y la responsabilidad de actuar de manera positiva con el objetivo de reducir las amenazas que afectan a la humanidad y a nuestro planeta.

Alianzas para el desarrollo sostenible

También es clave el papel que juegan las entidades financieras en la consecución de los ODS y la protección del planeta, ya que, si se pone el foco en el retorno extrafinanciero y en el impacto social positivo, los cambios serán reales en la sociedad y en el planeta

En el Grupo Caja de Ingenieros las finanzas sostenibles se sitúan en el centro de nuestra estrategia. Nuestra perspectiva como modelo cooperativo incorpora un doble prisma: socioambiental y de desarrollo económico.