El número de personas afectadas por el hambre no para de aumentar, lo que contrasta con las toneladas de alimentos que se desperdician cada día. Ante esta situación, en el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, hacemos un llamamiento a la acción tanto al sector público como al privado con la finalidad de establecer medidas para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Si hablamos de datos a escala global, cerca del 14 % de los alimentos producidos se pierden entre la cosecha y la venta minorista. A ello se suma el hecho de que aproximadamente el 17 % de la producción total de alimentos se desperdicia, lo que equivale a un 11 % en los hogares, un 5 % en los servicios de comidas y un 2 % en el comercio al por menor.
¿Por qué es importante reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos?
Cuando desperdiciamos un alimento, desaprovechamos todos los recursos que se utilizaron para su producción, como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital. Además, desperdiciarlos supone la emisión de una gran cantidad de gases de efecto invernadero (GEI), lo que también contribuye al cambio climático.
Esta efeméride también se puede ver reflejada en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, más concretamente en la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en la que se pide que se reduzca a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial en la venta al por menor y entre los consumidores y que se reduzca la pérdida de alimentos en las cadenas de producción y suministro.
Tal y como dice la FAO, “puesto que la población mundial sigue creciendo, nuestro reto no debería ser cómo cultivar más alimentos, sino cómo reducir la pérdida y el desperdicio de manera sostenible. Se trata de una necesidad inmediata si nuestra intención es aumentar al máximo el uso de los alimentos producidos para alimentar y nutrir a más personas” (FAO, 2019).
Solo nos quedan ocho años por delante antes de alcanzar la meta que propone el ODS 12, y por eso desde Caja de Ingenieros también queremos recalcar la urgencia de ampliar las medidas con el fin de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos. Si lo conseguimos, tendremos la oportunidad de obtener beneficios inmediatos en el clima y, al mismo tiempo, de mejorar la sostenibilidad global de nuestros sistemas alimentarios, lo que podrá garantizar unos mejores resultados en materia de nutrición y en favor del planeta en beneficio de las generaciones actuales y del futuro.
El Grupo Caja de Ingenieros firmó, hace cuatro años, su adhesión al Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que tiene como objetivo principal promover la incorporación de los diez principios de sostenibilidad en los ámbitos de los derechos humanos, el medioambiente, las normas laborales y la lucha contra la corrupción en las actividades empresariales de todo el mundo, así como canalizar acciones que ayuden a alcanzar los ODS. Las entidades financieras jugamos un papel clave para la consecución de estos objetivos. De acuerdo con nuestra estrategia de sostenibilidad, seguimos avanzando en los tres objetivos que están alineados con los objetivos estratégicos de la Entidad y sobre los que tiene una mayor capacidad de impacto. Estos tres ODS son los siguientes: trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8); industria, innovación e infraestructura (ODS 9); y acción por el clima (ODS 13).
