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“Haz Click en YouTube”: encontrar la propia voz entre el ruido

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“Haz Click en YouTube”: encontrar la propia voz entre el ruido

La adolescencia suele ser una época llena de exploración y autoconocimiento. También de cambios, retos y decisiones que pueden ser especialmente difíciles si no se cuenta con un sistema de apoyo fuerte, ya sea familiar o de amistades. Muchos y muchas jóvenes encuentran en las redes sociales un refugio de toda esta presión y también una ventana en la que asomarse al mundo.

A pesar de que desde una óptica adulta a veces se observa su uso con cierta reprobación, lo cierto es que las redes sociales pueden ser un poderoso vehículo de expresión personal y, a la vez, una herramienta de transformación social.

“Haz Click en YouTube”: un proyecto de la Fundación IRES

Con esta premisa nació, en 2017, el proyecto “Haz Click en YouTube”, un curso de verano gratuito organizado por la Fundación IRES y financiado por la Fundación Caja de Ingenieros, en el que, durante dos semanas, chicos y chicas de entre 14 y 20 años de diferentes realidades socioeconómicas aprenden, de la mano de un profesional, a escribir guiones, grabar escenas, hacer montajes y editar sus propios vídeos para la plataforma.

El objetivo, cuenta Carles Nieto, educador social y responsable del proyecto, es doble: por un lado, se les proporciona formación práctica en TIC y se les da la oportunidad de acercarse a la realidad de lo que es crear contenido para YouTube; por el otro, es una experiencia que los empodera. “La vertiente técnica es casi una excusa para trabajar la parte emocional y dar herramientas para promover el espíritu crítico, fomentando el trabajo en equipo y la creatividad”, reflexiona Carles.
“Haz Click en YouTube” forma parte de un proyecto mayor, “Click”, que busca potenciar las habilidades sociales y las capacidades de jóvenes en riesgo de exclusión. Para ello, reciben un acompañamiento personalizado por parte de la Fundación, con el que se les da el soporte y las herramientas necesarias para que puedan marcarse sus propios objetivos y reflexionar sobre cuáles son las mejores estrategias para lograrlos.

Los chicos y chicas que participan en este programa se encuentran en situaciones familiares muy diversas, aunque muchos provienen de entornos conflictivos o económicamente vulnerables, pero lo que los une es un sentimiento común de desmotivación, desorientación y aislamiento. Se encuentran perdidos, no saben qué quieren hacer y no tienen un entorno que los anime a crecer como personas, a hacer ese “click” que necesitan.

Por eso, desde la Fundación IRES, con la colaboración de la Fundación Caja de Ingenieros, se quiso dar con una herramienta para conectar con ellos usando sus propios códigos y acercarlos a las redes sociales, algo que ya de por sí les interesa, desde una visión positiva y constructiva que, a su vez, les motivara a potenciar su capacidad crítica y a encontrar su propia voz.

“No tenemos la intención de ser académicos, es mucho mejor conectar con ellos y centrarse en la dinámica de grupo. Al ser una dinámica flexible creas un espacio en el que todo el mundo puede encontrar su lugar: haciendo de actores, grabando, editando… Lo que realmente los engancha es oír que ellos también pueden”, explica Roc haciendo hincapié en la vertiente práctica del curso.

Roc Masseguer, más conocido en el mundo de las redes sociales como Outconsumer, es periodista, creador de contenidos y la persona encargada de impartir el taller. Con casi 800 000 suscriptores en YouTube y más de 300 000 seguidores en Twitter, sus consejos son escuchados atentamente por los jóvenes, que se muestran muy motivados y con muchas ganas de coger la cámara. Por las 5 ediciones de “Haz Click en YouTube” que ya se han celebrado han pasado, además, otros youtubers e influencers de renombre como Loulogio, Carles Caparrós (el canal de Korah) y la instagrammer y artista Anabel Lorente (@catana3el).

Así, a través del taller, los alumnos pueden experimentar de primera mano un mundo que suelen tener muy idealizado, conocer distintas experiencias y vivir todo el proceso de elaboración de un vídeo. Se trata de hacerles ver que dedicarse a la comunicación es una opción real y, a la vez, enseñarles el trabajo que conlleva. Al final del curso, habrán conseguido sacar adelante, entre todos, un par de vídeos que colgarán en su canal de YouTube, pero, sobre todo, se habrá producido en ellos un crecimiento personal destacable.

Un espacio para ser tú mismo

El taller de “Haz Click en YouTube” es, sobre todo, un espacio seguro en el que quienes participan pueden jugar y experimentar dejando al otro lado de la puerta los problemas que tienen en casa o las presiones del entorno. Saben que se pueden mostrar tal y como son sin temor a ser juzgados. Por eso, durante las sesiones muchos dejan aflorar sus verdaderas inquietudes para acabar descubriendo una nueva versión de sí mismos. A Juanma, por ejemplo, participar en la primera edición de “Haz Click a YouTube” le ayudó a abrirse y ganar confianza. Ahora trabaja como recepcionista, pero sigue creando vídeos en su tiempo libre y es muy consciente de que, a pesar de ser un hobby, YouTube es mucho más que solo un entretenimiento.

“Hay gente que quiere decir muchas cosas, pero no se atreve. Aquí puedes expresarte porque es más íntimo. Desde la webcam en tu habitación es más fácil explicar tus sentimientos”, explica.

Así, lo verdaderamente importante de este taller es su componente social y emocional. Debido a la situación complicada que viven en sus casas, muchas veces los jóvenes que participan no se sienten escuchados o comprendidos y, como no tienen los recursos económicos para poder hacer lo que de verdad quieren, se ven obligados a seguir un determinado recorrido profesional porque es lo que toca o lo que tendrá más salidas.

Por eso es importante hacerles ver su valía y mostrarles que hay otras opciones. Por otro lado, socializar con sus compañeros les ayuda a salir del aislamiento en el que se encuentran, sobre todo después de una pandemia en la que han sido los grandes olvidados.

Precisamente, el taller del verano pasado, después del confinamiento, fue el que tuvo una mejor respuesta de participación. Porque en momentos así es más necesario que nunca proporcionar a adolescentes y jóvenes espacios como este, que les permitan ilusionarse y ver que hay una salida.