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Cambio de rumbo en los mercados de renta variable

Finanzas

Cambio de rumbo en los mercados de renta variable

El buen comportamiento de los índices de renta variable a principios de año ha permitido recuperar gran parte de las pérdidas acontecidas durante la segunda mitad de 2018. El mensaje acomodaticio de los bancos centrales, junto con el flujo de noticias positivas relacionadas con los conflictos geopolíticos, ha vuelto a animar a los inversores, si bien los activos de renta fija mantienen un tono precavido. La guerra comercial podría
finalizar a corto plazo, puesto que, a pesar de la imprevisibilidad del presidente Trump, los mensajes lanzados por una y otra parte indican un acercamiento de las posturas.

Por otro lado, el grado de influencia del brexit en los mercados ha disminuido ostensiblemente, ya que las opciones de que se produzca una salida desordenada se han reducido, a la vez que los plazos de resolución del conflicto entre el Reino Unido y la Unión Europea parecen tender a alargarse. En el resto de Europa ha disminuido la inestabilidad política durante las últimas semanas, especialmente por lo que respecta a los gilets jaunes en Francia y a las disputas presupuestarias entre Italia y la Comisión Europea. Los indicadores adelantados presentan un saldo ambivalente: por un lado, Estados Unidos parece haber tocado fondo en el mes de enero
para posteriormente mostrar un saldo de datos correspondientes a febrero mejores en su mayoría; en cambio, las expectativas macroeconómicas en Europa no muestran signos claros de progreso por el momento.

Entorno macroeconómico

Por lo que respecta al Banco Central Europeo, se confirmó una vez más la supeditación de sus decisiones a la evolución macroeconómica. Las actas de su última reunión confirman lo que el mercado ya sospechaba: las incertidumbres sobre las condiciones financieras han aumentado, los riesgos sobre el crecimiento son a la baja y la inflación se mantiene lejos del objetivo establecido en el 2%. Por todo ello, Mario Draghi se mostró dispuesto a utilizar todas las herramientas que tenga a su alcance para conseguir el objetivo de inflación “si las cosas van muy mal”, aunque añadió que no es muy “probable” que esto suceda. Como consecuencia, las expectativas relacionadas con las subidas de los tipos de referencia europeos se han visto reducidas y aplazadas.

Por su parte, la Reserva Federal sorprendió en su última reunión, celebrada a finales del mes de enero, con un mensaje más dovish de lo esperado. La Fed reconoció la existencia de riesgos crecientes en el panorama económico a nivel global y la relajación de las presiones inflacionistas. En este sentido, mostró una vez más que su política de actuación es reactiva al eliminar del comunicado la referencia a “incrementos adicionales graduales” de los tipos de interés, a la vez que añadía que el ritmo de reducción de su balance estará supeditado a las necesidades de política monetaria. Asimismo, el presidente Jerome Powell confirmó en su comparecencia ante el Senado que, a pesar de que la economía doméstica se mantuvo robusta, la Reserva Federal seguirá siendo prudente, paciente y dependiente de la situación económica.

A pesar de los esfuerzos de los bancos centrales por infundir optimismo, los bonos gubernamentales de referencia continuaron actuando como activo refugio durante los meses de enero y febrero, especialmente en el Viejo Continente. Así pues, el rendimiento del bono a 10 años alemán se estrechó en 5,7 puntos básicos hasta el 0,18% y se situó en niveles no vistos desde mediados de 2016. Asimismo, el bono español a 10 años finalizó el mes en un 1,17% desde el 1,41% visto al cierre de 2018. En cambio, el bono de referencia italiano se mantuvo prácticamente plano a causa de la estabilización política y amplió apenas 1 punto básico para situarse en el 2,75%. La prima de riesgo de Italia se mantiene en el 2,57%, mientras que la de España gira entorno a los 100 puntos básicos. En Estados Unidos, apenas ha habido movimientos significativos en el rendimiento del Treasury a 10 años, puesto que cerró en un 2,71% desde el 2,68% visto al cierre del año pasado.

Resultados empresariales

La temporada de resultados correspondiente al cuarto trimestre del año anterior mostró unas cifras débiles en Europa y sólidas en Estados Unidos. Con más del 80% de datos publicados, el conjunto de compañías que conforman el Euro Stoxx 600 presentaron un crecimiento conjunto de las ventas del 5,5% –sin variaciones relevantes entre sectores– y un decrecimiento de los beneficios equivalente al -1,2% causado principalmente por el sector financiero (-21%) y los bienes de consumo (-16%).

Sin embargo, en el cómputo del año 2018, el balance es positivo con un 5% de crecimiento en términos de ventas y un 6% por lo que respecta al beneficio.
En cuanto a EE.UU., con prácticamente la totalidad de las compañías habiendo publicado resultados, el crecimiento trimestral fue del 6% a nivel de ventas y del 12% por lo que respecta al beneficio, lo que refleja la ralentización macroeconómica al ser comparados con los resultados anuales, los cuales arrojaron un saldo del 9% en términos de crecimiento de ventas –destacando, una vez más, el sector tecnológico– y del 22% por lo que respecta al beneficio, influenciados por el efecto base de la reforma tributaria corporativa impulsada por el presidente norteamericano Donald Trump.

Renta Variable

Tal y como comentábamos al inicio del escrito, el optimismo se impuso en los mercados de renta variable. El Euro Stoxx 50 finalizó con un +11% durante los primeros compases de 2019 y recuperó la mitad de las caídas desde los máximos del año anterior. Por su parte, el IBEX 35 se revalorizó un 9%, aunque aún debe recorrer dos tercios más hasta alcanzar el pico de cotización del año anterior registrado en enero. El desempeño de los índices en Estados Unidos ha sido superior al de Europa. El S&P 500 avanzó un 12% en el conjunto del inicio de 2019 y recuperó dos terceras partes del terreno perdido en las caídas de la segunda mitad de 2018. De igual
modo, el Dow Jones Industrial Average registró subidas del 13%, mientras que el Nasdaq se revalorizó en un 14%. Finalmente, a pesar del rebote de los mercados emergentes, el incremento del 9% en el MSCI Emerging Markets tan solo compensa parte de las pérdidas registradas en el anterior ejercicio.

El comportamiento de las materias primas también ha sido positivo. El Brent ha registrado subidas del 23% para situarse en 66,0 USD/barril, si bien todavía se sitúa lejos de los 86 USD/barril registrados en octubre de 2018. El oro ha continuado su recorrido y se ha revalorizado un 2,2% durante los dos primeros meses del año y un 11% desde los mínimos de agosto del año anterior.

Por último, en el mercado de divisas, el cruce euro/dólar cerró febrero prácticamente plano al situarse en un 1,137 desde el 1,148 al cierre del mes de diciembre.