El Día Internacional de las Montañas se estableció el 20 de diciembre del 2002 en la Asamblea General de las Naciones Unidas, pero no fue hasta el 11 de diciembre de 2003 cuando se celebró el primer día Internacional de las Montañas. Desde entonces se ha ido celebrando año tras año.
¿Y por qué reservar un día para las montañas? Porque es vital concienciar al mundo de su importancia en el ecosistema terrestre. Entre las cosas más notorias, cabe destacar que más de 3.000 millones de personas de todo el mundo adquieren agua potable de sus flujos de agua dulce. Además, 770 millones de habitantes y un ¼ de las especies animales viven en ellas.
Sin embargo, a causa del cambio climático, las catástrofes naturales, la degradación de los suelos, el turismo y la minería, las montañas empiezan a deteriorarse cada vez más.
De aquí nació la necesidad de empezar a definir por parte de los Gobiernos una serie de acciones para asegurar el desarrollo sostenible de las montañas, tales como: preservar los derechos de las asociaciones rurales, facilitar los servicios básicos, lidiar con la degradación de los suelos, el deterioro de la biodiversidad, o la obstaculización del flujo de aguas.
Y… ¿Qué podemos hacer nosotros?
