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Energías renovables y biodiversidad: ¿cómo conviven?

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Energías renovables y biodiversidad: ¿cómo conviven?

En los últimos años, la transición hacia las energías renovables se ha convertido en una prioridad para muchos países y empresas en todo el mundo con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y de combatir el cambio climático. Sin embargo, este cambio de paradigma también plantea una serie de desafíos con relación a la biodiversidad y la conservación del medioambiente. En este artículo, exploraremos cómo las energías renovables y la biodiversidad pueden coexistir, examinando tanto los impactos negativos como los positivos. 

¿Cómo afectan las energías renovables a la biodiversidad? 

La implementación de energías renovables puede tener impactos negativos en la biodiversidad y en los ecosistemas en los que se instalan. La construcción de infraestructuras necesarias para la producción de energía renovable, como parques eólicos o paneles solares, puede tener un impacto significativo en el hábitat y los patrones migratorios de la fauna local, así como en la biodiversidad de la flora. Asimismo, la construcción de presas hidroeléctricas también puede alterar significativamente los ecosistemas acuáticos y afectar a la biodiversidad del lugar. 

Además, el uso de biocombustibles puede tener impactos negativos en la biodiversidad, ya que a menudo se utilizan cultivos para producirlos, lo que puede conducir a la pérdida de tierras y a la deforestación.

Pero ¿cómo pueden las fuentes de energía renovable ayudar a preservar la biodiversidad y el medioambiente? 

A pesar de los impactos negativos, las energías renovables también pueden ayudar a preservar la biodiversidad y el medioambiente. Los parques eólicos y solares pueden ser instalados en tierras degradadas o en desuso en lugar de en áreas naturales valiosas, lo que minimiza su impacto en la biodiversidad. Además, las energías renovables pueden reducir la dependencia de los combustibles fósiles, lo que disminuye la contaminación del aire y el agua y reduce la degradación del suelo. Esto puede tener un impacto positivo en la biodiversidad de los ecosistemas, ya que puede ayudar a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, frenar el cambio climático que afecta a la biodiversidad del planeta. 

De la misma manera, la biomasa y los biocombustibles pueden producirse a partir de residuos orgánicos o de cultivos energéticos que se cultivan sin deforestar tierras valiosas, lo que puede reducir los impactos negativos en la biodiversidad. 

Por consiguiente, podemos afirmar que la adopción de energía renovable tiene los siguientes efectos positivos que pueden beneficiar a la biodiversidad:  

  • Disminuye la dependencia de combustibles fósiles y aumenta la resiliencia de las comunidades frente al cambio climático. 
  • Permite a las comunidades generar su propia energía solar, lo que genera empleo y mejora las economías locales. 
  • Reduce la contaminación del aire al disminuir la necesidad de centrales eléctricas que usan carbón y gas.

¿Cómo debemos actuar para asegurar un futuro sostenible? 

Por lo tanto, para asegurar un futuro sostenible y permitir la coexistencia de las energías renovables y la biodiversidad, es necesario minimizar los impactos negativos de las infraestructuras de energía renovable mediante la realización de estudios de impacto ambiental y la implementación de medidas para reducir su impacto en la biodiversidad.  

También es importante fomentar la colaboración entre diferentes sectores y actores, incluyendo a los gobiernos, las empresas, las comunidades locales y las organizaciones ambientales, para garantizar que la transición hacia las energías renovables se realice de manera sostenible y respetuosa con la biodiversidad. Además, es esencial promover prácticas agrícolas y forestales sostenibles y el uso de energías renovables respetuosas con la biodiversidad.  

Solo mediante la implementación de estas medidas concretas y trabajando juntos podremos garantizar un futuro sostenible para nuestro planeta. 

Las entidades financieras jugamos un papel clave para ello. Las denominadas finanzas sostenibles y la inversión socialmente responsable son la clave que permitirá cambios reales no solo en el sector bancario, sino en el resto del tejido empresarial y la sociedad. 

En Caja de Ingenieros las finanzas de la sostenibilidad se sitúan en el centro de la estrategia del Grupo, ya que, desde la perspectiva de banca cooperativa, incorporan el doble prisma por el que desarrollamos nuestra función: socioambiental y desarrollo económico. 

Día tras día seguimos ampliando nuestra oferta de productos y servicios ISR, comprometidos con los Objetos de Desarrollo Sostenible fijados para la agenda 2030. Porque un buen retorno para el socio y, al mismo tiempo, para la sociedad es posible.