“La rentabilidad y la gestión responsable no son conceptos antagónicos. Muy al contrario… está demostrado que la apuesta por la RSC, la transparencia o la ética comporta mejores resultados. Un claro ejemplo es el del cooperativismo y, más concretamente, el de la banca cooperativa.”
Las cooperativas crean comunidades gracias a los intereses y a los valores compartidos por sus miembros y, sobre todo, permiten el desarrollo comunitario al crear soluciones innovadoras a problemas reales y sociales, como por ejemplo:
- Generación de puestos de trabajo
- Revitalización urbana
- Proyectos de energía
El movimiento cooperativo tiene 2 siglos de historia y su origen se encuentra en la sociedad civil, la cual buscaba soluciones a problemas que la banca tradicional no podía afrontar. Raiffeisen Bank, fundado hace 200 años, es la segunda entidad cooperativa más grande de Suiza, con cuotas de mercado del 10%–15% en los países donde opera: Suiza, Austria, Polonia y Alemania.
Hoy, el modelo cooperativo sigue aún vigente y se mantiene como modelo sólido y solvente. La banca cooperativa en Europa ya cuenta con 210 millones de socios gracias a la apuesta por los valores sociales y al arraigo en el territorio donde tiene presencia.
“La rentabilidad y la gestión responsable no son conceptos antagónicos. Muy al contrario… está demostrado que la apuesta por la RSC, la transparencia o la ética comporta mejores resultados. Un claro ejemplo es el del cooperativismo y, más concretamente, el de la banca cooperativa.”
Por ello, es imprescindible contar con un sistema financiero seguro, responsable y transparente.
La confianza entre los miembros de las cooperativas es la base de su existencia y desarrollo; asimismo, en las finanzas ningún modelo es viable si no hay confianza entre las partes que intervienen. Por esta razón, los objetivos de crédito se basan doblemente en la confianza, puesto que la importancia de la función social de la banca para facilitar el acceso al dinero y para financiar las inversiones y preservar los ahorros de las personas es la misión de este sector.
Además, el hecho de que sus socios (propietarios) son, a la vez, los usuarios (clientes) minimiza el conflicto de interés tradicional entre ambos colectivos.
Las finanzas, en las cooperativas de crédito, no son viables si no hay confianza entre sus miembros, que, a la vez, son propietarios. Esto demuestra la importancia de la función social de la banca para facilitar el acceso al dinero y preservar los ahorros de las personas.
Crisis financiera del 2008
Y son justamente los aspectos mencionados anteriormente los que fallaron en 2008. Pero, ¿por qué se produjo esta situación de crisis? Pues, en gran medida, porque el sistema perdió el foco en la función social que tendría que haber desarrollado y se centró en la maximización de los beneficios.
El Premio Nobel Amartya Sen, en Money and Value: on the ethics and economics of finance, se plantea:
“¿Cómo es posible que las finanzas (tan útiles para la sociedad) estén tan mal vistas por la sociedad?”.
Justamente, con la última crisis del sector bancario, la gente perdió la confianza.
William C. Dudley (president and chief executive officer, Federal Reserve Bank of New York) afirma en su discurso Ending Too Big to Fail:
“Hay evidencias que demuestran que ha habido carencias éticas y culturales en muchos bancos grandes. Si esto se debe a la medida y la complejidad, a los malos incentivos o a otras cuestiones, es difícil de decir, pero es un problema crítico que hay que abordar. Acabar con el concepto too big to fail y poner el énfasis en la sostenibilidad a largo plazo para fomentar el cambio cultural necesario para restablecer la confianza pública en el sector.”
Sin embargo, y precisamente gracias a la estabilidad del modelo cooperativo y a la confianza de sus socios, Caja de Ingenieros en particular y la banca cooperativa en general pudieron superar aquellos años de inestabilidad con solvencia.
Banca cooperativa vs. banca tradicional
La banca cooperativa nació, en gran parte, para poder dar respuesta a las necesidades sociales que no cubría la banca tradicional con el objetivo de dar servicio de valor a los socios. En el caso de Caja de Ingenieros, nace para poder guardar los ahorros y dar soluciones financieras a los ingenieros ahora hace más de 50 años.
Los niveles de confianza que obtiene este modelo bancario se basan en valores como la prudencia, el valor social, la responsabilidad o la transparencia, ofreciendo, por lo tanto, una alternativa diferencial a todas las personas y a sus ahorros.
La ÉTICA en la banca
El pasado día 31 de enero, en el Colegio de Economistas de Cataluña, en el marco de la charla organizada por la Asociación ACCID “Banca Ética: banca con valores para mejorar el mundo y las personas”, la sala estaba llena y los asistentes eran de todas las generaciones.
Quisiera acabar apuntando que el sector bancario, desde el inicio de la crisis financiera (ya hace 10 años), la aparición y evolución de las fintech y el impacto de las nuevas tecnologías digitales y de la regulación, se encuentra ante unos nuevos paradigmas que lo retan a dar nuevas respuestas a la sociedad para cumplir con su misión que no es otra que preservar la estabilidad financiera y garantizar los ahorros de la sociedad en este nuevo marco.
Finalmente, quiero decir que en Caja de Ingenieros somos conocedores de que las generaciones futuras son exigentes. Y cada día trabajamos desde la óptica del impacto social positivo y la inversión responsable (ISR) como valores añadidos a través de becas de estudio, premios a la innovación o investigación, fomento de la educación financiera, ayuda a personas en paro o en riesgo de exclusión, entre otras acciones.
Cuando se habla de banca ética, “ética” actúa como adjetivo (especificativo). Cuando hablamos de la ÉTICA EN LA BANCA, “ética” es el sustantivo en mayúsculas, el único sujeto de la acción.
Así es como lo entendemos en Caja de Ingenieros. La ÉTICA tiene que estar en todos los procesos y personas que forman parte de la banca cooperativa. Finanzas y ética, una relación imprescindible.
