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La contaminación digital

Actualidad Social

La contaminación digital

La pandemia de la COVID-19 ha influido por completo en el comportamiento del mundo entero. A causa del confinamiento, la caída del consumo de electricidad tuvo un impacto significativo en algunos de los países que adoptaron medidas estrictas. De hecho, según un estudio realizado por el investigador Javier López Prol y la coautora Sungmin O, la caída de la electricidad dentro de los cinco meses posteriores al confinamiento de marzo oscila entre el 3% y el 12% en los países de la UE y los estados de EE. UU. más afectados.

La caída media diaria del consumo de electricidad en España fue del 21% a causa de la paralización de todas aquellas actividades consideradas como no esenciales. Asimismo, aunque se redujeran los desplazamientos y la fabricación de productos, el teletrabajo provocó el aumento del uso de internet, de la nube y de las videoconferencias. Y cabe señalar que los clics que hacemos cuando navegamos por internet también tienen una relación directa con la emisión de gases de efecto invernadero.

Además, la responsable de Cambio Climático y Energía de Greenpeace afirma que la industria de la tecnología de la información supone el 7% de toda la electricidad que se consume en el mundo. Pero ¿sabíais que por cada envío de un correo electrónico se consumen 19 gramos de CO2?

Así pues, como recoge la consultora FTI Consulting, “el hecho de enviar 65 mensajes de correo electrónico es equivalente a utilizar el vehículo aproximadamente un kilómetro”.

Cada día se envían unos 280.000 millones, lo que significa que, por año, el equivalente al uso del correo electrónico en el mundo genera tanto CO2 como tener siete millones de coches más en las carreteras.

¿Qué podemos hacer para reducir la huella de carbono digital?

  • Plantearnos si realmente es esencial el envío de cada correo electrónico que mandamos.
  • Reducir las suscripciones a newsletters que no nos interesan.
  • Borrar correos electrónicos acumulados que ocupan espacio en la bandeja de entrada.
  • Pensar si todos los usuarios que pones en copia necesitan recibir ese correo electrónico.
  • Cerrar las ventanas del navegador de internet si no las estamos utilizando.
  • Apagar el router por las noches.
  • Apagar el ordenador en lugar de suspender la sesión.
  • Reciclar aparatos electrónicos que ya no usamos.

Como vemos, podemos reducir energía adoptando pequeños cambios que no requieren de un gran esfuerzo en nuestro día a día. De esta manera, podremos llegar a hacer un uso sostenible de la energía y conseguir ser más eficientes energéticamente.