El 14 de marzo de 2020 se declaró el estado de alarma en España como consecuencia de la propagación de la pandemia de COVID-19 alrededor del mundo.
El confinamiento que se implantó a raíz de la situación forzó a las empresas a adoptar nuevas medidas, entre estas, el teletrabajo. De hecho, los datos de una encuesta realizada por el Banco de España confirman que el porcentaje de empresas que se han adaptado al teletrabajo es de un 80%.
BUENOS RESULTADOS DEL TELETRABAJO
Esta tendencia era algo poco frecuente en 2019, según un informe del INE: solo el 4,8% de los trabajadores realizaban su trabajo en remoto. Sin embargo, en países como Finlandia o los Países Bajos, las cifras eran más elevadas, concretamente un 13,3% y un 14%, respectivamente.
Uno de los motivos por el que muchas empresas no adoptaban esta forma de trabajo era por el miedo a reducir la productividad. Aun así, algunas han medido este factor y un 36% de las encuestadas concluye que el teletrabajo no ha afectado sus resultados, mientras que un 35% afirma que la productividad incluso ha mejorado. Por otra parte, solo un 16% dice haber empeorado su forma de trabajar.
Igualmente, existían otras barreras que limitaban el teletrabajo anteriormente: la falta de regulación, la inversión en equipo informático y tecnológico, la formación informática por parte de los trabajadores y la falta de flexibilidad horaria.
Después del coronavirus, las empresas han puesto todos los recursos necesarios para poder llevar a cabo el trabajo a distancia, y se puede prever que, de cara al futuro, la tendencia seguirá siendo esta, y para ello no quedará otra que adaptarse a la digitalización.
