Artículos guardados
Metaverso, qué podemos esperar de este nuevo paradigma

Actualidad General

Metaverso, qué podemos esperar de este nuevo paradigma

Metaverso es, probablemente, una de las palabras que más has escuchado en los últimos meses. Sobre todo desde que Mark Zuckerberg, creador de Facebook, anunció que este sería el nombre de su nuevo gran proyecto tecnológico. ¿Pero qué es exactamente? En este artículo os compartimos las claves de cómo nace este nuevo entorno virtual y lo que podemos esperar de él.

¿Qué es el metaverso?

El metaverso es un mundo virtual que nos permitirá conectarnos a través de diferentes dispositivos de realidad virtual y de realidad aumentada. Y que nos hará pensar que realmente estamos dentro de él interactuando con todos sus elementos. Nos permitirá teletransportarnos a un mundo totalmente nuevo a través de unas gafas de realidad virtual y con otros elementos que nos dejarán interactuar con él.

Eliminaremos definitivamente las barreras entre lo real y lo virtual

Un entorno donde podremos interactuar tanto social como económicamente a través de nuestros avatares, y que funciona como un reflejo del mundo real, pero sin las limitaciones físicas que sí que tiene este último. Los mundos virtuales no son nuevos, ya los conocemos sobre todo del sector de los videojuegos, como Roblox o Second Life. En estos entornos, tú te creas un personaje o avatar y puedes entrar en estos espacios virtuales a través de tu ordenador o tu consola. Sin embargo, el metaverso va más allá y no busca un mundo de fantasía, sino una realidad paralela en la que podremos hacer las mismas cosas que hacemos en nuestro día a día. Como ir a trabajar o ir al gimnasio, pero sin movernos de casa.

Este es el concepto por el que muchas marcas están empezando a apostar. La clave de este metaverso es que sea totalmente inmersivo, o al menos mucho más que la actual realidad virtual.

¿Cuándo nació el metaverso?

Este término tiene su origen en la novela Snow Crash de 1992 del escritor estadounidense Neal Stephenson. Esta obra de ficción narra la persecución que enfrenta al protagonista con el antagonista en un mundo virtual que se presenta como un videojuego. En el mismo libro, Stephenson también introduce el término avatar para referirse a las representaciones digitales de las personas reales. Lo más relevante es que es la primera referencia escrita de este mundo virtual ficticio, antes de que se oyera hablar de términos como ciberespacio o realidad aumentada.

 “Las palabras avatar y metaverso son invenciones propias que surgieron cuando ciertos términos existentes, como realidad virtual, eran demasiado imprecisos para ser usados”, afirmaba Neal Stephenson.

Unos años más tarde, en 2003, se lanzó Second Life, una plataforma en línea que permite a las personas crear avatares de ellos mismos y tener una segunda vida en un mundo virtual.

El metaverso es un espacio interactivo y sin límites 

Como hemos comentado antes, con el metaverso el límite de las pantallas se desvanece y ofrece una experiencia inmersiva que nos permite, a través de nuestro avatar, interactuar con otros avatares o con el entorno en sí mismo. Además, los usuarios también son partícipes de todos los cambios que van ocurriendo a su alrededor.

Economías virtuales

El metaverso tiene su propia economía virtual, descentralizada e impulsada por las criptomonedas. Los usuarios que forman parte de esta economía virtual pueden comprar, vender e intercambiar activos digitales, como ropa virtual, NFT o entradas para conciertos.

No tiene un único propietario, sino que es propiedad de todos los usuarios que acceden. Con la tecnología blockchain se garantiza que todas las transacciones dentro de este mundo virtual sean fáciles de rastrear y seguras. Además, es persistente y autónomo por sí mismo, ya que, independientemente de que los usuarios estén conectados a este, las dinámicas de este mundo virtual siguen su curso.

¿Qué es el blockchain o los NFT?

Hemos mencionado el blockchain, cadena de bloques en inglés, que básicamente es una base de datos distribuida, formada por cadenas de bloques diseñadas para evitar la modificación una vez que un dato ha sido publicado.

Justamente, la cadena de bloques es la base para que el metaverso sea descentralizado y los usuarios puedan ser los amos de sus propios datos y contenido, así como poseer y comercializar tókenes no fungibles. Y es aquí donde entramos a hablar de los famosos NFT.

¿Sabes qué significan sus siglas? Las siglas de NFT significan Non-Fungible Token. Para entender bien este concepto, primero tenemos que conocer la diferencia entre un bien fungible y un bien no fungible. Los bienes fungibles son los que pueden intercambiarse porque tienen un valor en función de su número, medida o peso. Y los bienes no fungibles son los que no son sustituibles.

Por ejemplo, el dinero en efectivo son bienes fungibles: si tienes un billete de 20 euros, lo puedes intercambiar por otro billete de 20 euros, sin que pierda el valor porque es exactamente igual y se consume cuando lo utilizamos.

Pero ¿pasa lo mismo cuando hablamos de arte? ¿Es un bien fungible? Efectivamente, no lo es. Un cuadro en casa no se puede consumir y tampoco se puede sustituir por otro porque cada pieza de arte tiene su valor y no son equivalentes. Los NFT son como obras de arte, activos únicos que no se pueden modificar ni intercambiar por otro que tenga el mismo valor porque no hay dos NFT iguales, de la misma manera que no hay dos cuadros iguales. Por eso mismo, los NFT suelen estar relacionados con obras e ilustraciones digitales y su precio suele ser el que el usuario esté dispuesto a ofrecer. Ahora que tienen tanta popularidad, se han llegado a pagar grandes cantidades de dinero por estos activos.

En definitiva, todavía queda un tiempo para que este mundo virtual forme parte de nuestra cotidianidad, pero está claro que se hablará mucho de esta nueva realidad y que iremos viendo su evolución en los próximos años.

Si prefieres escucharlo en formato podcast puedes hacerlo aquí: