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¿Qué son las islas de calor y cómo nos afectan?

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¿Qué son las islas de calor y cómo nos afectan?

En España, ya estamos acostumbrados a las famosas olas de calor que se ocasionan cada verano. Este julio, tuvimos la primera cuando una masa de aire cálido de origen africano, unida a la insolación prolongada propia de estas fechas, llegó a gran parte de la Península y Baleares y dejó temperaturas que rondaron los 40 °C. Si bien sabemos qué son las olas de calor, hay otro efecto similar que se origina principalmente en algunas ciudades en verano: las islas de calor.

¿Qué es una isla de calor?

Es el efecto que se da cuando las áreas urbanas tienen mayor temperatura que las áreas rurales cercanas. De hecho, la temperatura media anual del aire de una ciudad con un millón de personas o más puede ser de 1 a 3 °C más cálida que su entorno. Pero, durante la noche, la diferencia puede aumentar hasta 12 °C.

¿Por qué y dónde se da este fenómeno?

Se presenta en las grandes ciudades y consiste en la dificultad de la disipación del calor durante las horas nocturnas. Cuando las áreas no urbanas se enfrían notablemente por la falta de acumulación de calor, en el centro urbano los edificios y el asfalto desprenden por la noche el calor acumulado durante el día y provoca vientos locales desde el exterior hacia el interior.

Se da, sobre todo, en zonas urbanas densamente construidas a causa de una combinación de factores tales como la edificación, la falta de espacios verdes, los gases contaminantes o la generación de calor. Con el cambio climático, todavía es más común que estos fenómenos se produzcan en las ciudades.

“La vegetación juega un papel crucial debido a la evapotranspiración. La evaporación transporta el calor hacia arriba desde las zonas más cercanas al suelo, y además las plantas transpiran.”

Francesco Pomponi, investigador de Recursos y Construcciones Eficientes

¿Cuáles son sus efectos en la salud? 

Las islas de calor pueden agravar las olas de calor que se generan por el calentamiento global con efectos letales. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que el aumento en la temperatura contribuye directamente a muertes por problemas cardiovasculares y respiratorios, particularmente en las personas mayores.

Por otra parte, la falta de movimiento del aire facilita la persistencia de contaminantes en niveles en los que los respiramos constantemente. Además, el polen y otras sustancias que inducen reacciones alérgicas también alcanzan niveles mayores en el calor extremo.

¿Qué pueden hacer las ciudades para remediar esta situación?

  1. Ciudades reverdecidas con jardines: se ha demostrado que el uso de vegetación puede reducir la temperatura. En ciudades europeas, como París, se han marcado objetivos para ello.
  2. Bosques urbanos: los árboles son modificadores del microclima a través de la sombra y la respiración. Las hojas reflejan la luz solar, lo que reduce la temperatura en zonas peatonales y protege a los ciudadanos con su sombra.
  3. Emblanquecer las calles: las calles de asfalto negro, los aparcamientos y los tejados oscuros pueden cubrirse con una capa de color gris claro o blanco. Estos cambios pueden reducir las temperaturas del aire en entornos urbanos.
  4. Tejados verdes: las plantas y la tierra evaporan humedad, lo que provoca que se enfríe el aire alrededor de los edificios.
  5. Pasillos de viento: el aire debe fluir entre los edificios para que la polución y el calor no se concentren en el suelo. La solución son calles más amplias llenas de árboles para dirigir las corrientes de aire.
  6. Agua: nebulizadores, fuentes y balsas para reflejar la luz del sol pueden ayudar a reducir las temperaturas.