Nos encontramos ante una “triple crisis planetaria”. Nos referimos a los tres problemas principales a los que se enfrenta la humanidad: la alteración del clima, la pérdida de naturaleza y biodiversidad y la contaminación y los residuos. Si queremos garantizar la continuidad de nuestro planeta, debemos ocuparnos de cada uno de ellos.
Iniciativas que ayudan a revertir la situación
Esta triple crisis pone en peligro el bienestar y la supervivencia de millones de personas en todo el mundo. Pero, si unimos nuestros esfuerzos y luchamos, aún hay esperanza para poder revertir esta preocupante situación, ya que en ocasiones anteriores se ha demostrado que, con el compromiso de todos, podemos afrontar grandes retos como la reducción del agujero de la capa de ozono, la ampliación de la protección de la vida silvestre y los ecosistemas, el fin del uso de combustibles con plomo, etc.
Asimismo, las Naciones Unidas nos comparte cinco proyectos que se están llevando a cabo alrededor del mundo. Estas soluciones forman parte de las iniciativas fundadoras de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, que ayudarán a prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos.
Nuevos sumideros de carbono en los Apalaches
Desde 2009, la ONG Green Forests Work está restaurando bosques en tierras afectadas por las excavaciones superficiales de carbón en los Apalaches, al este de los Estados Unidos. Esta zona alberga un alto nivel de biodiversidad, a pesar de los más de 150 años en los que se ha talado y minado.
La minería de superficie es una técnica que se utiliza cuando el carbón está a menos de 60 metros bajo tierra, en la que se retiran la capa superior del suelo y las capas de roca, y se dejan las capas de carbón al descubierto. Tras la extracción, lo que antes era un bosque pasa a convertirse en pastizales compuestos por especies no autóctonas.
Hasta el momento, la ONG ha plantado casi cuatro millones de árboles originarios en más de 2.400 hectáreas. Esto ha significado la recuperación del aire puro y el agua limpia, a la vez que se mitigan los efectos del cambio climático a través del secuestro de carbono o se restablece una base de recursos económicos sostenibles.
Nuevas tierras de cultivo en Australia
Gondwana Link se fundó hace veinte años a partir de una fotografía de satélite del extremo suroccidental de Australia, en la que se mostraba una enorme extensión de vegetación natural perdida a causa de las actividades humanas.
En muchas zonas quedaba menos del 5 % o del 10 % de su matorral original. Sin embargo, muchos focos de biodiversidad permanecían intactos en zonas de conservación, aunque desconectados, a lo largo de 1.000 kilómetros. Para cubrir estos vacíos de hábitat esencial, la ONG compró más de 20.000 hectáreas de tierras de cultivo con el fin de proteger y restablecer estas áreas.
Gracias a ello, la fauna está regresando a su hábitat.
Restauración de los arrecifes de coral en Belice
Los arrecifes de coral son uno de los ecosistemas más valiosos y biológicamente diversos de la Tierra, ya que se calcula que albergan el 25 % de toda la vida marina. Desgraciadamente, están en peligro de desaparecer por el aumento de la temperatura y la acidez de los océanos a causa del cambio climático.
Su pérdida afectaría no solo a la vida marina, sino también a cientos de millones de personas en todo el mundo, que se benefician directa o indirectamente de estos ecosistemas para obtener alimentos, trabajo y protección contra las tormentas y la erosión.
En el sur de Belice, la organización comunitaria Fragments of Hope está restaurando los hábitats de los arrecifes de coral. Hoy hay más de 49.000 fragmentos de coral cultivados en viveros que se han plantado con éxito en el Parque Nacional Laughing Bird Caye, lo que ha convertido de nuevo el fondo marino en un hábitat rico en especies. Estos corales tienen más de seis años de supervivencia.
Restauración de montañas andinas afectadas por el cambio climático
Las montañas de los Andes en América del Sur también se han visto afectadas por el cambio climático. Con el rápido deshielo de los últimos glaciares andinos, la seguridad del agua se está convirtiendo en un problema importante para las comunidades locales e incluso para las principales ciudades sudamericanas.
Algunas de las especies que albergan sus bosques se están perdiendo, y son esenciales para ayudar a crear y almacenar grandes cantidades de agua alrededor de sus raíces, suelos y musgo. Con el fin de recuperarlas, Acción Andina está trabajando para proteger y restaurar la zona. Para finales de 2022, habrán sembrado más de seis millones de árboles originarios a lo largo de los Andes.
Riqueza marina gracias a los pastos marinos
Al igual que los arrecifes de coral, las praderas marinas también proporcionan alimento y refugio a muchos organismos marinos. Son ecosistemas multifuncionales y, a menudo, se denominan hábitats de cría porque suelen albergar peces jóvenes, especies de peces más pequeñas e invertebrados.
Estos ecosistemas están formados por plantas marinas, por lo que realizan la fotosíntesis de la misma manera que lo hacen las plantas terrestres, es decir, utilizando la luz solar para sintetizar nutrientes a partir de dióxido de carbono y agua y liberando oxígeno. Un tercio de ellas se han perdido estos últimos 40 años a causa de la presión sostenida del desarrollo costero, de la disminución de la calidad del agua y, por supuesto, del cambio climático.
Por ello, en el Reino Unido nació Project Seagrass, una iniciativa que ha estado trabajando durante una década para revertir este problema. Ha conseguido ya plantar más de un millón de semillas de pastos marinos y crear conciencia sobre la importancia de estas plantas.
Todo esto y mucho más
Además de estos cinco proyectos, hay más de cincuenta proyectos registrados en el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas. Con la colaboración de miles de personas y organizaciones que están trabajando en el terreno, podemos proteger nuestro planeta.
Es necesario un alto compromiso de las organizaciones a escala mundial para proteger el planeta y mejorar la vida y las perspectivas de las personas en todo el mundo.
Las entidades financieras jugamos un papel clave para la consecución de los ODS. Las denominadas finanzas sostenibles y la inversión socialmente responsable son la clave que permitirá cambios reales no solo en el sector, sino en todo el tejido empresarial y la sociedad.
En Caja de Ingenieros las finanzas sostenibles se sitúan en el centro de la estrategia del Grupo. Como banca cooperativa, incorporan el doble prisma por el que desarrollamos nuestra función: socioambiental y desarrollo económico.
