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Compra masiva durante el coronavirus: gran problema para el medio ambiente

Actualidad Economía sostenible

Compra masiva durante el coronavirus: gran problema para el medio ambiente

Hay datos realmente impactantes sobre el desperdicio de alimentos que se produce a nivel mundial y local, datos que deberían hacernos reflexionar sobre si estamos actuando correctamente como sociedad o nos queda mucho por mejorar.

La compra masiva durante la crisis del coronavirus es un grave problema para el Planeta.

La suma de los alimentos desperdiciados en el mundo asciende a 1.700 millones de toneladas al año. Solamente en España hablamos de 1.300 millones de kilos desperdiciados: un tercio de todos los alimentos producidos a nivel mundial. Esto traducido en toneladas se trata de 7’7 millones.

De hecho, nuestro país es el séptimo en el ranking europeo tras Reino Unido (14,4 millones de toneladas), Alemania (10,3), Holanda (9,4), Francia (9), Polonia, (8,9) e Italia (8,8).

Todo esto sin contar que, en las últimas semanas probablemente estos datos se habrán multiplicado.

Coronavirus y medio ambiente

Son muchas las imágenes que circulan en Internet sobre carritos a rebosar en los supermercados y estantes de comida vacíos a causa del Coronavirus.

Si todos estos productos no tuvieran fecha de caducidad próxima, el problema sería menor, pero en muchos casos, se trata de verduras, frutas, lácteos, pan, cereales, pastelería, etc. Y lo cierto es que, gran parte de estas compras masivas, acabarán en la basura.

Esto, además de situarnos ante un gran problema ético: despilfarramos comida en un planeta en el que 1.000 millones de personas pasan hambre, tiene un gran impacto medioambiental.

¿Cómo afecta la compra masiva de alimentos al medio ambiente?

El desperdicio de alimentos tiene consecuencias nefastas para nuestro ecosistema: supone pérdidas de recursos naturales, una importante generación de gases invernadero y un gran consumo de energía, además de una evidente pérdida económica y de tiempo.

  1. Pérdidas de recursos naturales

A causa de producir alimentos que finalmente no se consumen en el mundo, en un año se habrán usado y, por lo tanto, desperdiciado 250.000 millones de m3 de agua (equivalente al agua necesaria para llenar 100 millones de piscinas olímpicas) y 1.400 millones de hectáreas de cultivo (el 30% de la superficie agrícola mundial). Además, se habrán vertido enormes dosis de pesticidas que dañan nuestro ecosistema.

  1. Generación de gases invernadero

Muchos de los alimentos que se desechan terminan en los vertederos y, consecuentemente, 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero se lanzan a la atmósfera del planeta, lo que representa el 8-10% del total de emisiones, ocasionando calentamiento global. Un dato un tanto perturbador es que, si la comida no consumida fuese un país, sería el tercer productor mundial de gas de efecto invernadero tras Estados Unidos y China.

  1. Consumo de energía 

El 30% de la energía disponible en todo el mundo la consume el sistema alimentario y toda esta energía que se utiliza para la producción de alimentos también genera emisiones contaminantes. Es importante destacar que la mayor parte de esta energía, concretamente el 70%, se gasta en transporte, procesamiento, embalaje y almacenamiento de los alimentos, algo que nos muestra la importancia de consumir productos frescos y locales o de KM0.