Ahora hace unos 30 años, nació en Barcelona el Instituto de Estudios Financieros (IEF) con la vocación de convertirse en centro de referencia para formar a profesionales del sector. Dos décadas después, su Patronato consideró relevante potenciar la divulgación financiera en la sociedad y, con este objetivo, decidió crear unos premios de excelencia financiera y un Observatorio de Divulgación Financiera (ODF).
La Fundación Caja de Ingenieros, buscando siempre el máximo impacto social, colabora con el ODF, que tiene como finalidad principal la publicación de artículos sobre temas innovadores relacionados con las finanzas.
“Ahora, sobre todo, nos estamos centrando en temas de sostenibilidad y digitalización”, explica Jordi Martínez Llorente, director del Área de Educación Financiera. Ahora bien, la tarea divulgadora del ente no acaba aquí.
También organizan seminarios y debates en los que especialistas imparten charlas sobre un tema considerado de relevancia -a veces relacionado con el de los últimos artículos publicados.
“En general, están dirigidas a profesionales del mundo financiero, pero, según el tema, pueden ser adecuadas para un público más general, aunque interesado en las finanzas”, matiza Martínez.
Otra manera de invertir
El ODF juega un papel muy activo en la difusión de las finanzas sostenibles, un concepto que surgió ya hace unas décadas y que poco a poco se va extendiendo. Según el director de Educación Financiera, todavía queda un gran recorrido:
“Pensábamos que sería algo que se impondría porque los clientes lo pedirían, pero la pregunta ‘¿qué están haciendo con mi dinero’? la hace muy poca gente todavía”.
De hecho, afirma que, a causa de las políticas de RSC de las entidades financieras y de la normativa europea en este ámbito, actualmente hay más oferta de este tipo de productos que no demanda.
“Así que ahora lo que toca es que los clientes tomen conciencia de que existe una manera de invertir que es más responsable, sostenible y que puede tener un impacto positivo en el entorno”, explica el experto.
El ODF contribuye, precisamente, a hacer llegar esta opción a más personas. Por un lado, dándola a conocer entre los demandantes de productos financieros y, por otro lado, haciendo que los profesionales del sector sean más conscientes del impacto que tienen para que las ofrezcan. Por ejemplo, pueden incluir entre sus productos fondos de inversión que trabajan siguiendo los criterios ESG, las siglas en inglés correspondientes a los factores medioambientales (consumo de recursos, emisiones de CO2, etc.), sociales (cómo tratan a los trabajadores y a los proveedores) y de gobernanza (transparencia y lucha contra la corrupción, por ejemplo).
Todo esto se trabaja desde el ODF, pero también desde la rama de educación financiera del IEF, por ejemplo, en los talleres que imparten en escuelas, donde, además, organizan charlas sobre sostenibilidad. Asimismo, participan en proyectos europeos para generar materiales que sirvan a los profesores para incluir conceptos de finanzas sostenibles en las aulas.
Empoderar a la ciudadanía
La educación financiera, que consiste básicamente en trasladar conceptos, competencias y herramientas a la sociedad para que las personas puedan tomar decisiones mejores en materia financiera, es, precisamente, una de las ramas de actividad del IEF. Cuando empezaron en 2008, fueron pioneros en el Estado español.
Un importante reconocimiento les llegó el año pasado con el premio ‘Finanzas para todos’ del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Su tarea es clave vistas las carencias que se han identificado entre la población en conocimientos sobre este ámbito. Los resultados de la encuesta sobre competencias financieras que el Banco de España lanzó en 2016 y 2017 pusieron de manifiesto que había preguntas muy básicas que mucha gente no respondía bien.
Se han tomado ya algunas medidas para mejorar esta situación, como la inclusión de una asignatura optativa en 4º de ESO de Economía que incorpora la cuestión de las finanzas personales, pero hay países donde estos contenidos ya forman parte del currículum obligatorio desde Primaria.
“Existe un mito de que las finanzas son complicadas, y todo lo que ayude a romperlo será positivo”, asegura Martínez, que se muestra convencido de que “las finanzas básicas no son más difíciles que entender cómo funciona un móvil”.
Para el director de Educación Financiera, ser capaces de ser un poco críticos, de preguntar cuando nos ofrecen un producto y de compararlo con otros nos hará más capaces también de decidir qué es lo que más nos conviene.
Asegura que, cuando nos marcamos objetivos vitales, detrás casi siempre hay un objetivo económico:
“Tanto si mi objetivo es dar la vuelta al mundo como estudiar en el extranjero o independizarme, detrás hay una decisión económica”.
Ser conscientes de ello, dice, hará que tomemos decisiones financieras que nos acompañen en la consecución de los objetivos vitales en lugar de alejarnos.
