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ENGINY-era: jugar para revelar el talento (femenino)

Fundación General Social

ENGINY-era: jugar para revelar el talento (femenino)

Cuando Sílvia era pequeña, una de las cosas que más le gustaba era ayudar a su padre, radioaficionado y técnico electrónico, a colocar las diminutas piezas que configuran un circuito eléctrico. “Para mí, era como un juego. Me encantaba revolverlo todo y desmontar máquinas para saber cómo funcionaban”, recuerda. A nadie de su entorno le sorprendió, pues, que se decidiera a estudiar, primero, Ingeniería y, más tarde, Arquitectura Técnica.

La apoyaron en todo momento. Pero en la universidad se encontró con una situación diferente. Había profesores que cuestionaban qué hacía allí, y de los cerca de 200 alumnos con los que compartía clases solamente un par eran chicas. Lo que ella había vivido con total normalidad era visto por algunos como una anomalía. “¿Dónde están las mujeres?”, se preguntó.

Aunque en los últimos años parece que la tendencia empieza a cambiar, la realidad es que las mujeres representan solamente el 29,8 % de los estudiantes que cursan grados de Ingeniería y Arquitectura, según los datos del curso 2019-2020 publicados por el Ministerio de Universidades. Respecto al mundo laboral, el 26,4 % de las personas que se dedican a la ciencia y a la ingeniería en empresas de alta tecnología son mujeres. Además, las que llegan se encuentran, todavía, con un techo de cristal difícil de romper.

Nacimiento del proyecto ENGINY-ERA

Con el propósito de luchar por la equidad en el ámbito profesional y fomentar la divulgación de las disciplinas STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arquitectura + Arte y Matemáticas); así como rompiendo con los estereotipos de género y otras discriminaciones, Sílvia Planella, que ahora dirige su propio despacho de consultoría en Girona, creó, en abril del 2020, ENGINY-era. El nombre del proyecto, explica, ya es toda una declaración de intenciones. “Por un lado, porque proyecta un futuro mejor, una nueva ERA en la que se pueda desarrollar el ENGINY (INGENIO en castellano) sin discriminaciones; por otro lado, porque con la palabra ENGINYERA (INGENIERA en castellano) damos protagonismo a la mujer para poner de manifiesto las desigualdades de oportunidades que todavía existen”.

La entidad sin ánimo de lucro empezó a trabajar en diferentes líneas de actuación tanto en empresas y entidades como en centros educativos. La Fundación Caja de Ingenieros enseguida se sumó. Fruto de esta colaboración, se realizarán una serie de talleres que permitirán a 600 alumnos de primaria conocer las STEAM a través de la experimentación y el disfrute mientras trabajan, también, la igualdad. La primera fase del programa de talleres se llevará a cabo en este curso 2021-22 principalmente en colegios de Cataluña, pero se prevé que también lleguen a Madrid y Andalucía.

Las bases del taller

El objetivo de estos talleres es crear un ambiente seguro, distendido y lo más inclusivo posible para romper barreras no solo de género, sino de todo tipo. Por este motivo, y también con la voluntad de llevar a cabo un proyecto descentralizado, ENGINY-era viajará por escuelas de toda Cataluña, poniendo un especial énfasis en barrios donde el riesgo de exclusión es alto y en poblaciones rurales. “Desgraciadamente, hay capacidades innatas que quedan escondidas bajo estereotipos de género u otros clichés. Todo el mundo, sea cual sea su identidad, debe tener la oportunidad de poder desarrollarlas con libertad”, afirma Sílvia.

Otro de los pilares de la filosofía de ENGINY-era es la coeducación. La iniciativa se dirige tanto a niños como a niñas, y el equipo de profesionales que integra la entidad también es mixto, aunque garantiza una presencia femenina, como mínimo, del 50 %.

La importancia de la coeducación

 “Quería que mi hija no tuviera que pasar por las dificultades que he pasado yo por el hecho de ser mujer y pensé que la tenía que empoderar para que creyera en ella y no tuviera miedo, pero que también era igual de importante educar a mis hijos, porque en un futuro ellos quizás serán padres, compañeros, maestros, jefes…, y tienen que entender que todos somos iguales”.

Precisamente fueron sus hijos y sus compañeros de clase los que la inspiraron para poner en marcha el proyecto. Cuando empezó a impartir talleres de Ingeniería y de Arquitectura en el colegio donde estudian, pudo observar de cerca cómo las capacidades y los intereses innatos de los niños y las niñas no dependían en absoluto del género. “Hay niños y niñas a los que les pones un modelo y lo pillan en un abrir y cerrar de ojos y, en cambio, hay a otros a los que tienes que ayudar y acompañar para que lo puedan entender”, explica.

Si en este sentido no hay diferencias entre géneros, el hecho de que haya estudios claramente feminizados o masculinizados, como el caso de las STEAM, tiene que responder a una cuestión de educación, de roles adquiridos. Y es en la educación donde empieza la misión de ENGINY-era para, en palabras de su impulsora, “no perder el talento femenino que la sociedad hace ocultar”.