En un primer estadio de investigación para la construcción de indicadores biofísicos de la economía de Cataluña, el Dr. Eloi Serrano presenta una recopilación de conclusiones concretas y da luz a nuevas vías de investigación sobre cómo conectar la economía con las ciencias de la naturaleza.
Este estudio es un inicio sencillo y modesto, pero claro. La dirección es nítida: trabajar la economía de otra forma, sobre todo en su ámbito más específico de medir las consecuencias de la actividad humana sobre el entorno a partir de indicadores alternativos.
Los aspectos tratados pueden agruparse, a grandes rasgos, entre temas que afectan a la economía ambiental y los que se sumergen en la economía ecológica.
En el primer caso, el instrumental aplicado es el neoclásico, orientado a aspectos como, por ejemplo, la disposición a pagar para mantener un determinado recurso natural o paisajístico y aproximaciones a su valoración económica.
En el segundo, se han utilizado datos no crematísticos, de carácter biofísico -consumo territorial, producción de residuos, contaminación, etc.-, sin la translación directa a los precios. La distinción entre precio y valor es aquí muy significativa, de manera que indicadores como la huella ecológica -u otros compuestos que integran el PIB al lado de diferentes variables como la esperanza de vida, el nivel educativo o la mortalidad- se han hecho presentes en el ámbito de las ciencias sociales.
Bajo estos parámetros, el estudio tiene como objetivo la adopción de una batería de indicadores de cariz biofísicos en relación directa con el medioambiente para descubrir las consecuencias que tiene el crecimiento económico en el entorno.
- Consumo de energía
- Consumo de agua
- Emisiones de CO2 (principalmente, aunque pueden contener datos de otros gases)
- Intensidad energética de la economía
- Índice de Gini
- Evolución demográfica
- PIB
- PIB (por cápita)
Aunque el autor explica que trabajar con visiones holísticas hace que estas medidas se vean incompletas, el estudio abre un abanico de posibilidades, entre las que destacamos las siguientes:
- Ampliar el margen cronológico dependiendo de la disponibilidad fiable de las fuentes. Tirar “hacia atrás” la serie y aportar más datos hacia adelante para construir un conjunto estadístico más robusto.
- Enraizar el trabajo con las ODS que el gobierno catalán está trabajando, bajo la coordinación del CADS y con el compromiso de las consejerías y de la Presidencia de la Generalitat.
- Profundizar en una desagregación de las variables e ir a territorios provinciales, de manera que esto enriquecería la compresión del binomio crecimiento económico-impacto ecológico en Cataluña con una visión geográfica.
- Aterrizar en el terreno microeconómico con análisis empresariales que permitan obtener informaciones precisas sobre procesos posibles de economía circular. Esto representa un factor pedagógico dirigido al mundo de las empresas desde el momento en el que trabajar bajo la óptica de medir la economía -y la microeconomía- bajo parámetros biofísicos puede constituir -de hecho, ya lo es- un factor de competitividad en unos mercados que cada vez valoran más los esfuerzos de contención de las externalidades.
- Trabajar con una visión de “servi-industrias”, es decir, la unión entre actividades de transformación vinculadas directamente con los servicios avanzados, con el paraguas de los principios de la sostenibilidad ambiental.
La crisis de la COVID-19 ha contribuido a repensar nuestras pautas de crecimiento, las formas de operar en los mercados y los principios pretenciosamente inamovibles de la macroeconomía. De forma modesta, pensamos que este trabajo es un grano de arena que incide en esta dirección de revisión rigurosa y necesaria.
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