Es evidente que la COVID-19 está suponiendo un reto de salud pública para una gran parte de países del mundo, España incluido. Además de las consecuencias económicas, financieras y sanitarias que ya estamos viendo y veremos en el futuro, también acarrea otros problemas sociales que no se deben dejar de lado. La soledad y el aislamiento de las personas más vulnerables, especialmente de las personas mayores, son algunos de estos efectos.
De hecho, diversos estudios realizados antes de la pandemia revelan que la soledad y el aislamiento juegan un papel importante respecto a la capacidad de las personas mayores para responder ante la enfermedad. A su vez, la OMS ha destacado, en alguna ocasión, la importancia de garantizar que las medidas de protección hacia las personas mayores frente a la COVID-19 no aumenten su situación de vulnerabilidad.
En definitiva, somos seres sociales y necesitamos generar vínculos estrechos y seguros para nuestro desarrollo global, tal como puso de manifiesto la teoría del apego formulada por John Bowlby.
Personas mayores ante la COVID-19
Las personas mayores son el colectivo más afectado por la COVID-19. El aislamiento social en el que se han visto inmersas ha agravado más la soledad que algunas ya sentían, y a esto hay que añadir el miedo, la tristeza y la angustia.
Acompañar a las personas mayores es más importante que nunca. Debemos tomar conciencia y actuar para mejorar su bienestar. Desde la Fundación Caja de Ingenieros, trabajamos por apoyar a las actividades de integración de personas con riesgo de exclusión y a las actividades que benefician al conjunto de la sociedad. Por esta razón, esta Navidad nos unimos a Amigos de los Mayores en una campaña de recaudación para reforzar el acompañamiento emocional de las personas mayores.
Resumen de la campaña
La Fundación Caja de Ingenieros impulsó una campaña de recaudación entre los socios y empleados de la Entidad a favor de Amigos de los Mayores. Gracias a ello pudimos reforzar el acompañamiento emocional de 815 personas mayores en situación de soledad no deseada o aislamiento social. Todas ellas recibieron una cesta de Navidad.
Ante la posibilidad de que muchos mayores se sintieran solos debido a las dificultades para celebrar la tradicional cena de Navidad, Amigos de los Mayores les hizo llegar su calor repartiendo cestas de Navidad de la mano de su amigo o amiga. Un pequeño gran gesto para hacerles saber que, tarde lo que tarde en resolverse esta crisis, la superarán juntos, escuchando, compartiendo y nutriéndose de su compañía. En total, Amigos de los Mayores entregó más de 2.000 cestas de Navidad, llenas de aprecio y cariño.
