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El cambio de la industria textil en tiempo de pandemia

Actualidad Economía sostenible

El cambio de la industria textil en tiempo de pandemia

La industria textil se movía a gran velocidad, sobre todo con la llegada de lo que conocemos como fast fashion. La COVID-19 ha tenido un impacto en nuestra sociedad y en nuestra economía. Ha marcado un antes y un después para casi todos los sectores, y la industria textil no se ha quedado fuera de esta transformación.

El coronavirus ha marcado un cambio en los hábitos de consumo y de comportamiento de los consumidores. Inevitablemente, esto también ha afectado a una actividad tan básica y cotidiana como es vestirse. El teletrabajo, la distancia social y el confinamiento han sido las principales causas del cambio de uso y el impacto en la ropa que nos ponemos.

Pero el impacto más grande ha sido el cierre de muchos comercios, puesto que la COVID-19 hizo que prácticamente todas las tiendas estuvieran cerradas durante dos meses. Lo que provocó un enorme descenso en el consumo e hizo que muchos negocios tuvieran que bajar la persiana.

¿Teletrabajar e ir a la moda es compatible?

Seguramente, después de tantas videoconferencias desde casa, te ha acabado pasando alguna de estas cosas:

  • Has acabado harto de vestirte como si estuvieras en la oficina.
  • Has tendido cada vez más a vestir ropa más cómoda, principalmente por la instauración del teletrabajo.
  • También te habrás dado cuenta de que no es necesario tener tanta ropa. Quizás has priorizado que los gastos vayan hacia otras cosas, siguiendo la tendencia creciente del minimalismo, cada vez más presente en nuestro día a día.

Otra consecuencia ha sido un cambio en el tipo de producto que adquirimos. Durante el confinamiento se detectó un gran incremento en la venta de pijamas y ropa de deporte. Por este mismo motivo, las grandes marcas han lanzado colecciones comfy o líneas de homewear.

Sostenibilidad vs. fast fashion

Si la sostenibilidad ya era un reto a futuro de muchas compañías, con la crisis de la COVID-19 se ha puesto todavía más a prueba el compromiso y la responsabilidad de la industria. Al mismo tiempo, se ha exigido a las empresas que aceleren su progreso en iniciativas sostenibles para ser competitivas. Puesto que solo aquellas empresas que apuesten por la sostenibilidad estarán entre los líderes del futuro.

Slow fashion vs. fast fashion

Es importante invertir en firmas que apuestan por la moda slow fashion (ropa sostenible). Aunque estas piezas son más caras, tienen una durabilidad mayor. Consecuentemente, son más respetuosas con el planeta y con las personas que las han fabricado y, además, contribuyen en la economía local. La industria del fast fashion, es decir, las grandes corporaciones, no solo explotan los recursos del planeta y generan un consumo excesivo de agua y energía, sino que hacen grandes tiradas para poder ofrecer precios competitivos. Lo que provoca que las pequeñas y medianas empresas lo tengan muy difícil para competir con el precio final de venta del producto.

Industria textil postpandemia

Ante una crisis siempre surgen nuevas oportunidades, y el sector de la moda tiene por delante un gran reto para reinventarse y tomar carrerilla para cambiar. Las marcas tienen que volver a reconectar con los consumidores que han cambiado su visión de la moda y que han adoptado un rol más activo en su decisión de compra. Quizás podemos decir que ha llegado el momento de sacarse la mala fama de ser “la segunda industria más contaminante del planeta”.