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El reto del sector cosmético en el desarrollo sostenible 

Economía sostenible General

El reto del sector cosmético en el desarrollo sostenible 

Observamos que cada vez hay más industrias y sectores que se toman más en serio todo lo relacionado con el desarrollo sostenible. Uno de los sectores que se enfrenta al futuro con más retos en cuanto a la sostenibilidad es el cosmético, que busca modelos cada vez más sostenibles para comercializar sus productos.

La razón es que, desde 2015, la agenda 2030 marca unos hitos para frenar el cambio climático que obligan también al sector cosmético a buscar y trabajar en modelos más sostenibles en cuanto a la producción y distribución de sus productos.

La era del consumidor consciente

Además, tal como señalan los expertos. Con la llegada de la COVID-19 se ha acelerado la tendencia que vemos en los últimos años. Lo que nos acerca a un cambio de era: la era del consumidor consciente. Con esta situación ha emergido un nuevo paradigma en el que ser amigable con el medioambiente toma mucha importancia. Los consumidores están cada vez más informados y piden que los productos estén fabricados de manera ética y respetuosa.

El consumidor consciente busca y se informa antes de comprar. Por ello, es esencial que esta industria también lo tenga en cuenta para adaptarse a estas nuevas necesidades.

¿A qué retos se enfrenta el sector cosmético?

Cuando hablamos de retos en el sector debemos tener en cuenta muchos factores:

Cómo se ha elaborado: es decir, qué cantidad de energía y de agua se ha usado en el proceso de producción; si esta ha sido eficiente y si se han utilizado energías renovables. También hay que saber qué ingredientes se han usado y cómo se ha cultivado la materia prima. Así como cuántos residuos ha generado todo este proceso. Por último, es también importante saber qué materiales se han empleado para el envase.

Cómo se distribuye: el transporte de los productos tendría que ser lo menos contaminante posible. El envase biodegradable o reutilizable a fin de darle una segunda vida.

En otras palabras, todos estos retos son los que el mundo, cada vez más consciente e informado de nuestros impactos en el planeta, tendría que reclamar a la industria cosmética. Desde el jabón con el que te lavas las manos hasta la máscara de pestañas. El sector cosmético se enfrenta a un reto histórico: ser menos contaminante.

Reciclaje y reutilización de envases

En cuanto al packaging, los esfuerzos van desde reducir la huella de la producción hasta la inversión en envases que puedan tener una segunda vida y que puedan ser reciclados o reutilizados.

“Necesitamos encontrar un nuevo enfoque para la industria del plástico. Y soluciones para alargar su vida útil y que no se convierta en residuo con un solo uso”, apunta Sander Drefuyt, responsable de la iniciativa New Plastics Economy de Ellen MacArthur Foundation, que ha conseguido que 400 empresas (entre ellas, el grupo L’Oréal y Unilever) firmen un compromiso para un futuro sin desechos plásticos a través de la economía circular.

Los residuos de los envases desechables, que se contabilizan por toneladas a escala global después de décadas de mala gestión, están teniendo un impacto negativo en la economía, en el planeta y en las personas. Las marcas tienen que empezar a priorizar aspectos como la contaminación, la practicidad y las posibilidades de reciclar y reutilizar los envases.

Ingredientes más ecológicos y sostenibles: cosmética natural

 Si queremos contribuir a una mejor salud para nosotros y para nuestro planeta, las cremas, además de ser buenas para la piel, tendrán que empezar a ser buenas también para el planeta.

Entendemos por “cosmética natural” aquella que utiliza ingredientes naturales sometidos a sencillos procesos de transformación química. Sin aditivos o en cantidades pequeñas, y en ningún caso perjudiciales ni para el medioambiente ni para nuestra salud. Las denominaciones “orgánica, bio o eco” de los ingredientes son sinónimas, pero más restrictivas que “natural”, ya que exigen que sus ingredientes se hayan producido de acuerdo con los criterios de la agricultura ecológica.

Existen otros reclamos para el consumidor que son más fáciles para la industria cosmética. Por ejemplo, indicar el porcentaje de “naturalidad” de los ingredientes o indicar “plástico free” o plástico reciclable. Últimamente, también podemos ver muchos productos con el sello de “vegano”. Indica que no se utilizan ingredientes de origen animal, pero que no necesariamente son ingredientes naturales o ecológicos.

Los ingredientes con orígenes naturales son los más buscados por los consumidores. Así como las materias primas que destacan no solo por su origen, sino también por el impacto en el medioambiente.

Fomentar el consumo de productos cosméticos de proximidad

Hoy en día es cada vez más fácil encontrar productos cosméticos de proximidad, ya que muchas marcas pequeñas y supermercados zero waste fabrican sus propios productos y, además, nos permiten llevar nuestros envases y reutilizarlos tantas veces como queramos.

Existen certificaciones para reconocer los productos locales. En el caso de España, tenemos la certificación BioVidaSana. También existen certificaciones globales como NATRUE de la Asociación Internacional de Cosmética Orgánica y Natural.

Con el aumento del número de consumidores conscientes de que optan por un consumo responsable y los profesionales del sector cosmético que buscan diferenciarse, cada vez lo tendremos más fácil para encontrar las alternativas necesarias para salvaguardar el planeta.

La Agenda 2030 para el desarrollo sostenible está en marcha también para el sector cosmético.

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