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¿Qué es una dieta sostenible y cómo podemos lograrla?

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¿Qué es una dieta sostenible y cómo podemos lograrla?

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las dietas sostenibles son aquellas que generan un impacto ambiental reducido y contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional para que las generaciones actuales y futuras tengan una vida más saludable. Además, protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas; son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y nutricionalmente adecuadas y saludables; y optimizan los recursos naturales y humanos.

¿Cómo afecta nuestra alimentación al planeta?

En la actualidad, hasta un 37 % de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producidas mundialmente provienen de los sistemas alimentarios. Los hábitos están cambiando a escala mundial, y el Instituto de Recursos Mundiales estima que en 2050 la demanda mundial de carne de vacuno aumente en un 95 %. Esto provocaría un aumento de las emisiones de GEI del 30 % al 80 %. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de cambiar a dietas y sistemas alimentarios más sostenibles. Sin embargo, conseguir una alimentación de menor impacto no es tan fácil e implica invertir en sistemas de producción, procesamiento, distribución y consumo más sostenibles.

Consejos para lograr una dieta sostenible

  • Aumenta la ingesta vegetal: una de las claves para conseguir una dieta más sostenible es poner más alimentos de origen vegetal en nuestros platos. No se trata de cambiar a una dieta vegetariana, pero sí de darle a las verduras y las frutas un papel protagonista en nuestro día a día. Otra de las principales recomendaciones es adquirir una menor cantidad de productos procesados y priorizar productos frescos.
  • Consume de proximidad y de temporada: si queremos fomentar un tipo de agricultura que sea respetuosa con el medioambiente, es importante comprar producto de temporada y de proximidad. Además, este tipo de consumo favorece a la economía local y ayuda a reducir las emisiones producidas por el transporte.
  • Reduce el desperdicio de alimentos: desgraciadamente, el desperdicio de alimentos sigue siendo una realidad. Cada año, aproximadamente un tercio de la producción mundial de alimentos para consumo humano se desperdicia. Si reducimos la cantidad de alimentos desaprovechados, además de disminuir las emisiones de GEI, también fomentamos un reparto más justo y equitativo de los recursos como el ODS 2: Hambre y seguridad alimentaria.
  • Reduce la ingesta de carne y derivados: si lo miramos desde el punto de vista medioambiental, sin ninguna duda la carne es uno de los alimentos más impactantes para el planeta. No solo por la gran cantidad de emisiones de CO2 a la atmósfera, sino también porque genera otros impactos como la acidificación del suelo, la eutrofización del agua o la pérdida de biodiversidad. Con estos argumentos está más que justificado buscar dietas que no dependan tanto del consumo de carne y, en la medida de lo posible, reducir su ingesta.
  • Compra en supermercados zero waste: estos negocios son una parte importante de la revolución alimentaria que estamos viviendo en los últimos tiempos. Estos tipos de supermercados permiten comprar productos a granel, por lo que evitan los plásticos, disminuyendo el impacto del envasado y abaratando costes. Además, en estas tiendas también encontramos productos frescos de temporada, lo que nos permite seguir una alimentación sostenible.