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Se acentúa la divergencia entre activos financieros y economía real

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Se acentúa la divergencia entre activos financieros y economía real

Los principales activos de riesgo recuperaron buena parte de las pérdidas provocadas por la irrupción del coronavirus al calor de la estabilización de la situación sanitaria en algunos países, junto con el soporte de los estímulos monetarios y fiscales adoptados por la mayoría de economías a nivel mundial. A pesar de que el número de contagiados superan los 10 millones y de que el continente americano está sufriendo el periodo con mayor número de infectados, la propagación de la pandemia parece estar relativamente bajo control en los focos geográficos iniciales -Europa y China-, hecho que está permitiendo la reactivación de sus economías. Por otro lado, el pasado 7 de julio, la OMS confirmó que veintiuna vacunas se encontraban en fase de ensayo clínico.

Si bien durante los primeros meses de 2020 la falta de visibilidad dificultó la estimación del impacto del coronavirus, actualmente el promedio de las proyecciones agregadas por el consenso de analistas se encuentra estabilizado. Atendiendo a la última previsión publicada por el FMI, las proyecciones señalaron una caída del -4,9 % del PIB mundial en 2020 y una posterior recuperación en 2021 (5,4 %). La previsión correspondiente a 2020 y a 2021 en la zona euro es del -10,2 % y del 6,0 %, respectivamente. A todo ello, merece la pena señalar que existe un grado de incertidumbre inusitadamente elevado en torno a estas proyecciones porque se fundamentan en presunciones sobre el devenir de la pandemia. Por otro lado, los principales datos económicos publicados (PMI, peticiones de subsidio por desempleo, confianza del consumidor, etc.) muestran una tendencia alcista desde la irrupción de la COVID-19, aunque provienen de un punto de partida muy bajo.

Tal y como señalábamos, la actuación de los bancos centrales para mitigar el impacto del coronavirus en la economía ha seguido siendo contundente. El Banco Central Europeo lanzó un nuevo programa de compra de activos (PEPP) por importe de 600.000 millones de euros que, junto con el paquete anterior, suman 1,35 billones de euros -equivalente al 11,3 % del PIB europeo-. Dicho programa se ejecutará a lo largo de 2020 y la primera mitad de 2021, con reinversión de los vencimientos, al menos, hasta finales de 2022. Por su parte, la Reserva Federal empezó a comprar bonos corporativos en el mercado secundario, un mecanismo que aún no había sido utilizado. Además, actualizó sus proyecciones económicas: espera un descenso del PIB equivalente al -6,5 % para este año seguido de un repunte del 5,0 % en 2021. Por otro lado, J. Powell confirmó que no tiene intención de subir los tipos de interés de referencia antes de 2023.

En cuanto a los instrumentos de política fiscal, la CE anunció un nuevo paquete de estímulo por importe de 750.000 millones de euros con cargo al Fondo de Reconstrucción, financiado con emisiones respaldadas desde el presupuesto europeo, de los cuales 500.000 millones de euros se otorgarían en forma de subvención y 250.000 millones de euros en forma de préstamo, si bien no se consiguió alcanzar un acuerdo por parte de los líderes con respecto a la estructuración del paquete de estímulo debido a la divergencia de opiniones entre el eje más reticente (Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca) y el resto. Finalmente, el periodo de negociación se alargará hasta julio. Por otro lado, el Departamento del Tesoro de EE. UU. podría presentar un nuevo plan de ayuda valorado en hasta 3 billones de dólares, que incluiría ayudas a Estados y Gobiernos locales y pagos directos a los ciudadanos, entre otros.

El repunte en el optimismo inversor mantuvo los rendimientos de los bonos gubernamentales durante los dos últimos meses del primer semestre de 2020, a pesar del incremento en los niveles de deuda pública fruto de las políticas fiscales expansivas. El Bund a 10 años se amplió en 13 P.B. para situar su rendimiento en el -0,454 %. De igual modo, el Treasury hizo lo propio al ampliar su rendimiento ligeramente (2 P.B.) hasta alcanzar niveles equivalentes al 0,656 %.

En el ámbito microeconómico, por lo que respecta a la temporada de resultados empresariales correspondientes al primer trimestre de 2020, tomando como referencia las compañías que conforman el índice S&P 500, el 58 % batieron las previsiones de ingresos (+1 % de crecimiento) y el 65 % han hecho lo propio por lo que respecta al beneficio por acción (-8 %). En Europa, usando como referencia el Euro Stoxx 600, los ingresos cayeron un -5 % (64 % batieron estimaciones) y el BPA se contrajo un -24 % (55 %). El diferencial entre ambos índices se debe, principalmente, al hecho de que el inicio de las restricciones a la movilidad en Europa se produjo antes que en Estados Unidos y, además, las medidas de confinamiento adoptadas fueron más restrictivas. Por otro lado, los sectores más afectados a ambos lados del Atlántico fueron petróleo y gas, materiales básicos, bienes y servicios de consumo e industriales.

Las subidas generalizadas de los principales selectivos desde el valle alcanzado en la segunda mitad de marzo no lograron situar los rendimientos de 2020 en terreno positivo. El Euro Stoxx 50 avanzó un 10,5 % en el periodo que comprende los meses de mayo y junio, si bien durante el año acumula una caída del 13,7 %. Mientras, el IBEX 35 se anotó una subida del 4,5 % durante los dos últimos meses y situó su rendimiento anual en el -24,3 %. Al otro lado del Atlántico, el S&P 500 se apreció un 6,45 % en el periodo, si bien todavía se encuentra en números rojos (-4,0 %) en el año. Por su parte, el Dow Jones Industrial Average y el Nasdaq situaron sus rendimientos en el 6,0 % y el 13,2 %, respectivamente, logrando rentabilidades acumuladas al cierre de junio del -9,55 % y del +12,1 % (en terreno positivo influenciado por el sector tecnológico, conformado por compañías cuyos modelos de negocio no han sido impactados y en algunos casos, incluso, han sido favorecidos por la pandemia). Por último, el desempeño de los mercados emergentes, medidos a través del MSCI Emerging Markets, ha sido equivalente al 7,6 % durante los dos últimos meses y del -10,7 % desde que se inició el año.

Por otro lado, el precio del crudo rebotó un 62,9 %, si bien su rendimiento en el año sigue siendo claramente negativo (-34,6 %) debido al empeoramiento de las perspectivas económicas. Por su parte, el oro ha subido un 17,4 % en lo que va de año (+5,6 % en los dos últimos meses) debido a la incertidumbre generada por la COVID-19. Finalmente, la paridad euro/dólar se situó en 1,1234 al cierre del período desde 1,0955 al cierre de abril y 1,1213 a finales de 2019.