Seguramente, muchos de vosotros ya habéis oído hablar de la vivienda cooperativa o covivienda. Se trata de una modalidad de vivienda poco conocida aquí, pero muy extendida en el norte de Europa. Este tipo de modelo permite a una comunidad de personas vivir en un inmueble sin ser los propietarios o los arrendadores. Por un plazo de tiempo muy amplio, de 50 a 100 años, y a un precio muy inferior al del mercado.
El modelo de vivienda cooperativa funciona a partir de la cesión de una finca o de un solar en desuso por parte de una propiedad privada o por parte de una institución pública. Los socios y socias de la cooperativa tienen que depositar una entrada y pagar una cuota mensualmente por el uso de la vivienda, que es más baja que el precio habitual del alquiler.
Objetivos de la vivienda cooperativa
La vivienda cooperativa nace con el principal objetivo de garantizar el acceso digno y asequible a una vivienda. Además de mantener la titularidad pública del suelo, impedir la especulación, favorecer una estabilidad amplia y fomentar la gestión comunitaria de los inmuebles.
En definitiva, las claves de la vivienda cooperativa son su precio asequible, muy por debajo del precio del mercado, y la estabilidad del contrato. Puesto que las personas socias de la cooperativa pueden habitar durante toda su vida. Estas personas están en una especie de alquiler indefinido. Gracias a estas condiciones están empezando a ser una opción para los jóvenes que buscan emanciparse.
2 de cada 3 jóvenes eligen el régimen de cooperativa para comprar la primera vivienda
Actualmente, los jóvenes españoles se encuentran con algunos obstáculos a la hora de emanciparse, como son la falta de ahorro y los bajos salarios. Es por este motivo que dos de cada tres jóvenes que están buscando casa prefieren un régimen de cooperativa o la vivienda cooperativa para adquirir su primera vivienda. En España, de media se destina un 38 % de los ingresos mensuales para pagar un inmueble de propiedad. Por ello, la precariedad laboral y la falta de ahorro dificultan el acceso a aquellas personas que quieren irse de casa.
Ante esta situación, la demanda de la vivienda cooperativa está experimentando un fuerte incremento y se está convirtiendo en una tendencia al alza.
“Las cooperativas de viviendas son en la mayoría de los casos la solución para aquellos jóvenes que quieren comprar por el importante ahorro económico que supone, en torno al 20 por ciento”, explica Mónica Abril, responsable de LACOOOPEstudios.
Formas de vivienda más flexibles
Ya hace unos años que varias entidades y asociaciones de Barcelona se están interesando por este modelo. Es el caso de Lacol, una cooperativa de arquitectos, y de Sostre Cívic, una cooperativa de usuarios y viviendas, entre otras muchas. Su objetivo es muy claro: quieren ofrecer alternativas al acceso del mercado de la vivienda, que hasta hace muy poco se reducía a las opciones de siempre, alquilar o comprar.
En el año 2010 se creó Sostre Cívic, una cooperativa de usuarios y viviendas. Esta entidad ha querido desde sus inicios crear nuevas formas de vivienda más flexibles y adaptadas a la realidad de hoy.
De aquí surgió el concepto inicial: una forma de tenencia a medio camino entre el alquiler y la compra, en la que la cooperativa es la propietaria del inmueble y las personas socias de la cooperativa tienen el derecho de uso (pero no la propiedad). Además, también presenta las ventajas que la vivienda también se puede heredar y las cuotas mensuales son más bajas que un alquiler.
Entidades que impulsan nuevas modalidades de vivienda
La entidad cooperativa Sostre Cívic, además de fomentar los MCU (Modelos de Cooperativas de Uso). También promueve e impulsa otras modalidades de vivienda cooperativa como la Covivienda Sénior (comunidades de personas mayores) o la Masovería Urbana (ceder el uso de una vivienda a cambio del mantenimiento o de hacer mejoras). En la ciudad de Barcelona, gestiona un proyecto de masovería urbana en Can Pomaret, una casa antigua y abandonada de Sarriá y una cooperativa de covivienda en el Born, en un edificio que ha sido cedido por el Ayuntamiento.
Una de las herramientas del Ayuntamiento de Barcelona para potenciar la covivienda es la tabla de vivienda cooperativa, un grupo de trabajo dentro del Consejo de la Vivienda Social de Barcelona para impulsar nuevos regímenes de tenencia. Está formada por representantes del mundo de las finanzas éticas y de cooperativas de viviendas, y está impulsada por la Concejalía de Vivienda y el Comisionado de Economía Social y Cooperativa.
Una de las actuaciones del Ayuntamiento de Barcelona para apoyar a las cooperativas de vivienda ha sido la creación de concursos públicos de solares municipales. Los solares están situados en diferentes distritos de la ciudad para construir vivienda cooperativa en régimen de cesión de uso.
Si te has quedado con ganas de saber más, no te pierdas el nuevo podcast de Caja de Ingenieros.
