Siguiendo con el ciclo de entrevistas sobre el mundo cooperativo y la economía social, y con el objetivo de reflexionar sobre la situación actual y futura de las cooperativas que fomentan la economía sostenible y social, nos encontramos en esta ocasión con Guillem Llorens, presidente de la Confederació de Cooperatives de Catalunya (CoopCat).
Integrada por las seis federaciones de cooperativas de Cataluña, CoopCat es el órgano máximo de representación de las cooperativas y federaciones. Como tal, su misión es representar y servir de interlocutor entre el conjunto del cooperativismo catalán y la Administración y dar cohesión a la diversidad del mundo cooperativo.
Se trata de una organización empresarial sin ánimo de lucro que fundamenta su proyecto empresarial en los valores de servicio, profesionalidad, dinamismo y corresponsabilidad y en los valores que definen la ética empresarial.
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¿Cuál consideras que es la aportación de las cooperativas a la sociedad?
Las cooperativas, además de una función económica, tenemos una función social que implica el desarrollo de prácticas empresariales responsables y una gestión sostenible.
El cooperativismo es una apuesta por el bienestar común de las personas, la protección del medioambiente, el estímulo de los principios democráticos y la promoción de unos valores, los principios corporativos, que favorecen el desarrollo de una sociedad más igualitaria y de un sistema social más justo.
La función social de las cooperativas no deriva solo de su finalidad mutualista, sino también de una correcta organización interna o estructura de gobernanza, la cual se articula alrededor de tres principios: el democrático, el de autogobierno y el de libre adhesión. Estos principios, además, están alineados con los de la Alianza Cooperativa Internacional, y es, en este sentido, cuando afirmamos que la dimensión social de las cooperativas surge por su propia naturaleza: es el resultado de una finalidad y de una estructura organizativa impregnadas de valores como el mutualismo, el altruismo, la solidaridad, la prevalencia de las personas sobre el capital, la democracia, la participación y la autogestión.
Las personas que organizan su trabajo, su ocio, su educación, sus ahorros, su salud… bajo estos principios impulsan y se convierten en un elemento de educación en la participación, que genera influencia positiva en la sociedad y contribuye a que esta desarrolle un mayor gradiente democrático.
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¿Cuáles consideras que son los retos de la economía social?
La gesta más importante que ha hecho la economía social en Catalunya, en el ámbito representativo y en los últimos años, ha sido constituir la Asociación Economía Social Cataluña, en la que la confluencia de diferentes familias que configuran la economía social, y también la solidaria, de nuestra casa estamos sumando esfuerzos para posicionarnos colectivamente en el ámbito socioeconómico y defender nuestra manera de entender la actividad económica en la que las personas, y no el capital, han de ser el centro.
Hoy por hoy, y dando recorrido a esta acción colectiva, es importante disponer de una ley propia de economía social que ponga en valor la tarea económica y social que realizan las diferentes familias que la integran. Principalmente, el desarrollo de la economía social ha estado motivado por la concurrencia estratégica de los diversos actores que la conforman y por el impulso de políticas que la reconocen como un actor socioeconómico de valor. En este sentido, hace falta una ley que dé forma a un cambio en el modelo económico catalán que transite hacia una economía más plural y sostenible.
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¿Con qué valores asocias al cooperativismo?
Inherentemente a la democracia, la autoayuda y la solidaridad. A partir de aquí se desgranan más valores de acuerdo con la visión más actual de la sociedad y los tradicionales de la Alianza Cooperativa Internacional (autorresponsabilidad, igualdad, equidad, honestidad, transparencia, responsabilidad social, feminismo, ecologismo…), los cuales, esencialmente, abordan tanto el funcionamiento interno como la relación externa de las cooperativas, es decir, de las personas con la sociedad de la que forman parte. Estos valores y principios cooperativos que configuran el corazón de las cooperativas se han de entender en su conjunto, como un todo, y son las cualidades esenciales las que hacen a los cooperativistas eficaces, a las cooperativas diferentes y al movimiento cooperativo valioso.
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¿Cuál es el futuro de las cooperativas?
Las cooperativas somos un modelo de empresa activa y comprometida que ha destacado en todos los cambios socioeconómicos que se producen en los países y somos un contrapeso natural al capitalismo depredador. Por eso, las cooperativas somos el modelo que mejor puede hacer frente a los riesgos, en una economía que será cada vez más volátil, y la alternativa al modelo económico basado en el egoísmo y que fomenta las desigualdades en el ámbito de la globalización y la economía de libre mercado.
Consecuentemente, las cooperativas tenemos que seguir una línea de desarrollo horizontal, ya que el crecimiento de la economía mundial se advierte más lento en los próximos 20 años.
Tenemos que aprovechar el potencial que ofrece el nuevo contexto -la logística, internet y la llamada sociedad de coste cero-, pero principalmente tenemos que saber aprovechar el impulso y el papel fundamental de las nuevas generaciones, ya que su conciencia está cambiando y cada vez es más cercana al cooperativismo: valor por la libertad y la cooperación, a la pertenencia y arraigo territorial, a la gestión participativa para un propósito social, a la contribución al bien común…
Somos un modelo societario que se adapta y reinventa en función de las necesidades sociales y económicas de las personas en el contexto en el que nos toca vivir, y nuestro futuro pasa, también, por continuar adaptándonos a estas necesidades con el objetivo de continuar transformando la sociedad y hacer un mundo más justo, sostenible y solidario.
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¿Qué proyectos puede impulsar el sector cooperativo, y vosotros desde la Confederación de Cooperativas de Cataluña, en materia de sostenibilidad?
El movimiento cooperativo y las estructuras representativas conciben que la sostenibilidad se tiene que producir tanto en el ámbito económico como en el social y el ambiental. Además, sabemos que no pueden trabajarse de forma aislada, sino que todos estos ámbitos se relacionan y retroalimentan. Pero, asimismo, la sostenibilidad también se tiene que aplicar tanto en la dimensión empresarial de las cooperativas como en la propia dimensión cooperativa.
En este sentido, desde la Confederación de Cooperativas de Cataluña (CoopCat) nos toca poner énfasis en la sostenibilidad de la dimensión cooperativa para saber actualizarnos en los contextos socioeconómicos en los que vivimos, para poder desarrollar nuestra acción social con las mejores condiciones, para influir eficazmente en el ámbito socioeconómico y las políticas… Es por eso que desarrollamos nuestra estrategia en unos ejes básicos y transversales: la intercooperación, la formación, la comunicación y la representación.
Por un lado, la representación es inherente a CoopCat y es una de sus principales funciones como entidad. Buscamos la transformación social, pero no solo resolviendo los conflictos sociales entre el capital y el trabajo ni siendo instrumento sindical para mejorar las condiciones laborales, sino que vamos más allá y promovemos el progreso social sobre la base de la organización del trabajo, de la propiedad colectiva, de la autogestión y la participación, de la ayuda mutua y de la solidaridad.
Por otro lado, desde CoopCat también nos corresponde la difusión de los principios y valores cooperativos, la promoción de la educación y la formación de cooperativas y la organización de acciones de interés común para las cooperativas. En este contexto desarrollamos la intercooperación, la formación y la comunicación.
La nuestra es una tarea ilusionante, de presente y de futuro, promoviendo una economía plural y justa, implicados plenamente en un proyecto colectivo. Hoy continuamos liderando la transformación social y la confluencia entre las federaciones, y CoopCat permite que nuestra labor se nutra de una estrategia común orientada a garantizar que las personas decidan sus destinos y se sitúen en el centro, alrededor del cual se estructura el tejido socioeconómico, con el objetivo de hacer un país próspero, generador de oportunidades para todos, que reparta mejor la riqueza, más libre y más democrático.
