En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció oficialmente el 22 de abril como el Día Mundial de la Tierra con el objetivo de concienciar a la humanidad sobre los problemas generados por nuestras acciones en la naturaleza.
Para este año, las Naciones Unidas han elegido el lema “Invierte en nuestro planeta”, con una llamada a la acción al conjunto de la población para pensar en nuestro planeta y entre todos, ciudadanos, empresas y gobiernos, hacer frente a la crisis climática para construir un futuro mejor para nuestros hijos.
Cada día es más evidente que nuestra madre tierra nos pide que actuemos. Los océanos cada vez están más llenos de plásticos, lo que pone en peligro a las especies que los habitan. El calor extremo, los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos han afectado a millones de personas, y siguen aumentando. Y, además, en estos dos últimos años nos venimos enfrentando a la pandemia de la COVID -19, una emergencia sanitaria mundial con una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema.
Restauración de nuestros ecosistemas
Este 22 de abril es el primer Día de la Tierra que se celebra dentro del Decenio de la ONU para la restauración de ecosistemas, que tiene como objetivo prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas en todo el mundo. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y sus habitantes. Restaurar aquellos que están dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y a prevenir una extinción masiva. La única manera de conseguirlo es si todos y cada uno de nosotros ponemos nuestro granito de arena. ¿Y cómo podemos hacerlo? Consumiendo y actuando de una manera más sostenible, como, por ejemplo, consumiendo productos de proximidad y ecológicos. Pero antes de pasarte a este consumo más consciente, debes tener en cuenta que, aunque haya aumentado la oferta de productos que se definen como BIO o ECO, algunos de ellos no cumplen con las normativas y deberíamos tacharlos de nuestra lista.
Fraude ecológico en algunos productos
En la última década hemos visto un boom de los productos ecológicos, los cuales necesitan estar avalados por una certificación y un etiquetado específico que los acredite como tales. Kantar Worldpanel señala que en España ya hay más de tres millones de consumidores de productos ecológicos (2019). Precisamente por el avance que están experimentando, el fraude alimentario ha llegado también a esta tendencia de consumo. Es así como cada vez hay más ciudadanos desencantados cuando se dan cuenta de que han sido defraudados por un producto supuestamente ecológico y que finalmente ha resultado no serlo.
Así pues, aquí entra en riesgo la confianza de los consumidores. Aunque esta práctica no supone ningún riesgo para nuestra salud, sí que produce una merma en la confianza de los consumidores en los productos ecológicos, ya que generalmente implica que habrán pagado más por algo que les podría haber costado mucho menos.
La normativa europea detalla cómo deben ser los procesos de producción y distribución de este tipo de productos, como, por ejemplo, qué tipo o cantidad de tratamientos pueden utilizarse en origen. Así pues, para poder etiquetar un producto con la “ecoetiqueta”, este debe estar certificado por un tercero a través de una empresa de certificación o por comités autonómicos de agricultura ecológica. Las empresas certificadoras inspeccionan y analizan los productos y su entorno, y solicitan al productor la documentación exhaustiva para poder acreditarlos.
Hasta no hace tantos años, los consumidores que demandaban esta clase de productos eran una minoría, pero hoy en día estos productos forman parte de la cesta de la compra de cualquier consumidor, sobre todo con la creciente demanda hacia un consumo más consciente y sostenible, lo que repercute en un aumento de la oferta y, al mismo tiempo, en fraudes ecológicos. Es importante, pues, no olvidarnos de cerciorar qué estamos consumiendo y saber de dónde proviene, y que no nos vendan algo que nos pueda generar dudas sobre su procedencia.
¿Qué hacemos desde Caja de Ingenieros para cuidar a nuestro planeta?
En Caja de Ingenieros tenemos un compromiso con la sostenibilidad, por la que promovemos las inversiones socialmente responsables (ISR), que fomentan la sostenibilidad de la economía y contribuyen a proteger el medio ambiente.
Además, impulsamos iniciativas para mejorar la ecoeficiencia de la organización y preservamos el medioambiente a través de acciones de sensibilización y mitigación de los efectos del cambio climático. Hemos definido un plan de sostenibilidad a cuatro años, que se basa en nuestro modelo de banca responsable, sostenible y generadora de impactos positivos.
Así pues, hoy, el Día Internacional de la Madre Tierra, recordamos la importancia de actuar hacia una economía más sostenible, que se centre en el cuidado de las personas y el planeta. ¡Únete al movimiento mundial para cuidar el planeta!
