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Evolución del mercado, tensiones inflacionistas y perspectivas

Actualidad Finanzas

Evolución del mercado, tensiones inflacionistas y perspectivas

Hace unos días fui al supermercado con mis hijas. En la sección de frutas y verduras encontramos medio melón a casi 11 euros. Me pregunté: “¿El melón se ha convertido en un producto de lujo, o cómo hemos llegado a estos precios? ¿Quién compra medio melón a este precio? ¿Y cuánto tardará el supermercado en cancelar la oferta de melones al ver que la demanda desaparece?”. Ya esperando en la cola para pagar: “¿El BCE realmente puede reducir este tipo de inflación con sus subidas de los tipos de interés?”. Mis hijas no me hicieron mucho caso…

En este informe entramos en esta problemática de la inflación, en la reacción de los bancos centrales y en cómo impacta en los posibles escenarios para el entorno económico-financiero a medio plazo.

Continuación de las tensiones inflacionistas

Las recientes publicaciones del IPC, tanto en la eurozona como en EE. UU., muestran que la reducción de la inflación, prevista por parte de todos los analistas e instituciones económicas, está siendo más leve y más lenta de lo estimado. En la eurozona, la tasa de inflación interanual de mayo del 8,1 % supuso el mayor encarecimiento de los precios de toda su serie histórica, mientras que el aumento del IPC en EE. UU. de un 8,6 % para el mismo mes fue una clara decepción para todos los que pronosticaron el inicio de una senda de moderación.

Aunque existen elevadas diferencias entre la inflación en ambas economías, la persistencia del IPC en niveles tan elevados y su paulatino traslado a incrementos de las expectativas de inflación a medio plazo aumentan la presión al BCE y a la Fed.

Evolución de los mercados financieros

El primer impacto de las declaraciones del BCE y de la Fed y de las publicaciones de los datos de inflación fue un nuevo movimiento de alzas en las curvas de rentabilidades de unos 50 P.B. para el Bund alemán a 10 años o de 40 P.B. para la deuda estadounidense al mismo plazo hasta niveles de 1,65 % y 3,35 %, respectivamente. El fin de las compras netas del programa de QE y las dudas sobre el apoyo del BCE contra la fragmentación adicionalmente han causado una nueva ampliación de las primas de riesgo de la deuda periférica hasta alcanzar 140 P.B. para la deuda española e incluso 245 P.B. para la italiana, cerca de los máximos alcanzados durante la pandemia. También, la tensión en los mercados de bonos provocó sesiones de elevada volatilidad en activos de riesgo con correcciones severas en las bolsas, ampliaciones de los diferenciales de crédito y fuertes fluctuaciones de los distintos tipos de cambio.

En general, como todos sabemos, el difícil arranque del año para los mercados está siendo muy negativo por el comportamiento de prácticamente todas las categorías de activos financieros, y complejo por la elevada inestabilidad, la extrema volatilidad de determinados periodos y la alta dispersión sectorial, geográfica y entre estilos de inversión, así como por la correlación positiva entre la renta fija y la renta variable durante estos meses

Perspectivas para la inflación

La presión inflacionista es alta, o incluso muy alta. Lo sabemos todos. Lo vemos en las publicaciones oficiales y lo notamos todos en nuestro día a día. Y, por tanto, es lógico e incluso positivo que los bancos centrales hayan iniciado el camino hacia el fin de la política monetaria ultraexpansiva que fue necesaria durante la pandemia. Un control de las expectativas de inflación y evitar los efectos de segunda ronda son claves para el crecimiento económico a medio y largo plazo y, por tanto, para la evolución de los activos financieros.

La inflación bajará desde estos niveles tan altos, sin duda. Pero la inflación es una variable económica difícil de estimar, ya que depende del comportamiento de empresarios y consumidores y, por tanto, de factores psicológicos. En consecuencia, la incertidumbre sobre la inflación en los próximos años es muy elevada.

Por tanto, la cuestión es si a medio plazo las cifras de inflación se estabilizan en niveles más o menos acordes con los objetivos de la Fed y del BCE. Los recientes datos indican que la moderación es lenta; y la incertidumbre geopolítica invita a pensar en una menor globalización (económica), que a largo plazo también puede entenderse como un factor inflacionista.

Observando unos pocos datos adelantados de la economía europea y estadounidense, vemos claramente que el difícil entorno actual se está trasladando a un deterioro de la confianza o a una reducción de la actividad de determinados sectores. Esto se traslada paulatinamente a menores expectativas de inflación a medio plazo y, por tanto, a una senda de endurecimiento monetario menos agresivo. 

Mientras los incrementos del IPC continúan siendo tan elevados, y sobre todo mientras continúan existiendo riesgos de segunda ronda, los bancos centrales seguirán incrementando los tipos de interés. Pero los inversores ya lo saben. Los mercados financieros se anticipan e incorporan la política monetaria más restrictiva en las cotizaciones. Y vemos que los mercados descuentan la posibilidad de un incremento de los tipos de interés hasta el 2 % o superior en la eurozona, y hasta el 4 % en EE. UU. Digamos que los mercados saben que los bancos centrales subirán los tipos, y lo están descontando.

Conclusiones: perspectivas a medio plazo

Nos encontramos en un momento disruptivo. En poco tiempo hemos pasado de una pandemia a un entorno de riesgo geopolítico provocado por la invasión de Rusia a Ucrania. Este cambio de paradigma va acompañado por un mayor grado de incertidumbre del que es habitual, tanto para la propia política monetaria como para las perspectivas de inflación y las económicas. Dicha incertidumbre ha generado volatilidad y correcciones en los mercados financieros.

Tampoco debemos descartar la posibilidad de una reducción de los distintos factores de riesgo. Aunque poco probable a muy corto plazo, la inflación podría iniciar una rápida senda de reducción. O el deterioro macro podría provocar menores tensiones inflacionistas a medio plazo, lo que permitiría un tono menos rotundo de los bancos centrales.

Por tanto, debemos aplicar prudencia y cautela en nuestras inversiones, pero sin olvidarnos de los mensajes anteriores. Cabe recordar la oportunidad que ofrece la recuperación de la renta fija a rentabilidades positivas. Y el hecho de que en los momentos más volátiles, cuando muchos inversores tienen una visión pesimista, es cuando, desde una perspectiva histórica, se producen las oportunidades de inversión. Pero no se trata de buscar el mejor precio de entrada, ni el día que los mercados marcan mínimos. Se trata de analizar la foto global. No solo las noticias negativas de hoy, sino también las perspectivas del futuro y, sobre todo, las condiciones y valoraciones actuales en los mercados. Con cautela, paciencia, buscando diversificación y equilibrio en las carteras de acuerdo con nuestro perfil inversor y horizonte temporal de inversión.

Si invertimos con cabeza y paciencia, seguro que algún día no nos importará pagar 11 euros por ese medio melón.

Bas Fransen, director de Mercado de Capitales de Caja de Ingenieros