Desde la cumbre por el clima de París en 2015 (COP21) se está empezando a trabajar con el “Acuerdo” de París. En la cumbre del clima de Glasgow en 2021 (COP26) se espera que se trabaje en la “Acción”.
En este sentido, en la Declaración Global de los Inversores 2021 a los Gobiernos sobre la Crisis Climática, Caja de Ingenieros y Caja Ingenieros Gestión firmaron un comunicado público de la declaración para la cumbre del clima (COP26), en la que han participado más de 700 inversores con un volumen bajo gestión superior a 45 billones de euros.
¿Qué pedimos a los gobiernos?
En la carta a la que nos adherimos se pide a los Gobiernos en 2021 que:
- Aumenten la ambición climática.
- Implementen políticas climáticas nacionales sólidas a corto plazo.
- Se comprometan a implementar la divulgación obligatoria de riesgos climáticos.
Hace unas semanas hablábamos sobre el agua como elemento principal de los efectos de la crisis climática, y como uno de los pilares del fondo de inversión CdI ODS Impact ISR. En este artículo aprovechamos para hablar de la energía eólica como elemento principal del futuro para afrontar la crisis climática.
Energía eólica: ¿Clave para un futuro verde?
Actualmente, la generación eléctrica está monopolizada por las fuentes de energía tradicionales, que generan electricidad a través de las reacciones de fisión nuclear y de la combustión de fuentes fósiles como el petróleo, el gas natural y el carbón.
En contraposición, se encuentran las energías renovables, que se obtienen a través de fuentes naturales “casi inagotables” como el viento, la luz solar o el aprovechamiento de los recursos hídricos. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), solamente el 29 % de la generación eléctrica en todo el mundo proviene de las renovables, siendo la hidroeléctrica la principal exponente de las energías limpias.
Compromiso de los países
Estos últimos años, la energía eólica es uno de los sectores energéticos que más rápido ha crecido. Según algunos estudios, este recurso podría llegar a satisfacer la demanda energética global. Este sería uno de los motivos del creciente interés de los países a modificar el mix energético a favor de las energías renovables y, en particular, de la generación eólica.
Uno de los ejemplos más significativos que muestra este convencimiento por las energías renovables es el Acuerdo de París sobre el cambio climático (COP21), firmado por casi 200 países, que tiene como objetivo mantener la temperatura media mundial por debajo de 2 ˚C respecto a los niveles preindustriales, y se tendrían que llevar a cabo todos los esfuerzos necesarios para que no se superen los 1,5 ˚C hasta 2050.
El último análisis realizado por la ONU muestra que los recortes previstos para 2030 son un 7 % mayores ahora que en los planes anteriores. Pero se está todavía lejos de lo que se necesita: en el mejor de los escenarios, los países tienen que reducir sus emisiones un 22 % más de lo prometido hasta ahora para poder cumplir con la meta de los 2 ˚C y un 50 % si se quiere conseguir que el calentamiento solo llegue a los 1,5 ˚C. (De momento, en la COP26 no se está contemplando un gran cambio como para poder mejorar con convicción estos escenarios).
Otro ejemplo que muestra el convencimiento de los organismos podría ser el Marco sobre clima y energía para 2030, adaptado por los dirigentes de la UE, en el que se establecieron los siguientes objetivos:
- Al menos un 40 % de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (en relación con los niveles de 1990).
- Al menos un 32 % de cuota de energías renovables.
- Al menos un 32,5 % de la mejora de la eficiencia energética.
Todos estos compromisos van de la mano de un cambio de mentalidad en la sociedad y requieren la concienciación social para que sean realmente aplicables, ya que, a través de esta presión, los gobernantes se ven obligados a apostar por las renovables.
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